Por: Dra. Nicté Ortiz
Como el aleteo de una mariposa que, imperceptible, puede alterar el clima en un confín lejano del mundo, así el vuelo de las ideas de tres pequeñas chihuahuenses promete transformar nuestro entorno más cercano. Esta evocadora imagen, popularizada por el meteorólogo Edward Lorenz, nos recuerda que incluso las acciones más pequeñas pueden tener un impacto significativo en sistemas complejos. Hoy, Zoe, Renata y Ximena, niñas mariposa de nuestro tiempo, han abierto sus alas para inspirarnos con un proyecto científico que busca soluciones a uno de los desafíos más apremiantes de nuestra región: la sequía y el consumo desmedido de plásticos.
Su vuelo no sería posible sin PAUTA, un programa de la Facultad de Ingeniería de la UNAM, cuyo objetivo principal es vincular a estudiantes con proyectos de investigación de alto impacto social, ha permitido a maestros como Luis Lozoya y Libia guiar y apoyar el talento de estas jóvenes científicas. Su compromiso no solo es un acto de tutoría, sino un reconocimiento del potencial transformador de la juventud, un acto de fe en que las semillas del cambio germinan en las mentes más jóvenes y curiosas. Su labor es fundamental para construir un futuro donde la ciencia sea sinónimo de esperanza y progreso.
Porque son ellas, las chicas de hoy, su perspectiva innovadora nos invita a cuestionar nuestras prácticas y a buscar soluciones creativas a las problemáticas de nuestro entorno. Como bien señalan Zoe, Renata y Ximena, su preocupación por el consumo de plásticos es un llamado urgente a la acción: «Las personas podríamos estar comiendo hasta 5 gramos de microplástico cada semana, ¡como si nos tragáramos una tarjeta de crédito sin darnos cuenta! En un año, eso sería como comerse 50 bolsas de plástico. Estos pedacitos están en el agua, en la sal, en la miel y hasta en el pescado. Aunque algunos científicos creen que tal vez no es tanto, otros están preocupados porque nuevos estudios han encontrado que los microplásticos podrían causar enfermedades. Por eso, es importante usar menos plástico y buscar otras opciones, como bolsas de tela, botellas que se puedan usar muchas veces o bioplásticos, que están hechos con plantas y contaminan menos. Así ayudamos a cuidar nuestra salud y el planeta». Su voz es un recordatorio de que cada pequeña acción cuenta para proteger nuestro planeta y con ello, a nosotros mismos.
El cuidado del medio ambiente es una responsabilidad compartida, una tarea que nos compete a todos y cada uno de nosotros. La investigación de Zoe, Renata y Ximena, plasmada en su proyecto «GOTAS que no se agotan», nos ofrece una valiosa lección: podemos aprovechar los residuos orgánicos y los bioplásticos para mejorar la retención de agua en el suelo, reduciendo así la necesidad de riego y combatiendo la desertificación. Su experimento demostró que mezclar residuos como comida, madera o bioplástico con tierra ayuda a que el agua no se evapore tan rápido. La tierra sola (sin residuos) se secó rápido, mientras que la tierra con bioplástico o comida retuvo mucha más agua, especialmente cuando se usaron en mayor cantidad. El bioplástico ayudó a conservar el agua por más tiempo, la comida retuvo mucha al principio y también al final, y la madera también ayudó, aunque no tanto. Si queremos que nuestras plantas tengan agua por más tiempo, podemos mejorar la tierra con restos de comida o materiales como bioplástico. Esto ayuda a cuidar el agua, las plantas y el medio ambiente. Exponen como resultados de su investigación que las llevaron a obtener el segundo lugar a nivel estatal y a ser propuestas para el premio “Mujer y ciencia” en la 11 Feria Nacional PAUTA.
¿Cuántas veces hemos dejado que el agua se escurra entre nuestros dedos sin ser conscientes de su valor? ¿Cuántas ideas brillantes se han perdido por no prestar atención a las voces de los más jóvenes? El proyecto «GOTAS que no se agotan» nos invita a reflexionar sobre nuestro papel en el cuidado del entorno y a valorar el potencial transformador de las ideas infantiles.
Prestemos oído al sonido de sus gotas, no permitamos que se pierdan, no dejemos que se agoten. Que el aleteo de estas niñas mariposa inspire otros proyectos en beneficio del estado. Que no dejen de soñar y crear. O ¿cuál es tu #puntodevista?