Ciudad Juárez, Chihuahua. — Las autoridades estatales confirmaron el hallazgo de 383 cuerpos humanos abandonados dentro de un crematorio ubicado en la colonia Granjas Polo Gamboa, en Ciudad Juárez. Lo que parecía ser un negocio regular de servicios funerarios resultó ser el centro de una de las estafas más macabras registradas en el norte de México.
El lugar operaba con licencias sanitarias aparentemente en regla. Sin embargo, tras varios reportes de olores fétidos, se descubrió que el crematorio nunca incineraba los cuerpos, aunque sí cobraba por ello y entregaba urnas con supuestas cenizas a las familias.
La investigación reveló que los cadáveres llevaban almacenados en condiciones insalubres desde 2020. Muchos fueron velados, transportados y presuntamente cremados como parte del contrato firmado con funerarias de la ciudad. Pero todo era una simulación: los cuerpos eran embalsamados o refrigerados y luego ocultos en habitaciones adaptadas dentro de la vivienda, mientras se facturaban los servicios como si se hubieran realizado legalmente.
El fiscal general del estado, César Jáuregui, calificó el hecho como “una irresponsabilidad criminal de dimensiones inhumanas” y anunció la detención de dos personas: el dueño del crematorio y uno de sus empleados. Ambos podrían enfrentar cargos por fraude, falsedad documental, violaciones a la Ley General de Salud y trato indigno a cadáveres humanos.
Lo más doloroso para las familias será enfrentar la posibilidad de que las cenizas que conservaron durante años no correspondan a sus seres queridos. Algunas urnas, según fuentes oficiales, contenían cenizas genéricas, tierra o incluso cenizas de basura incinerada. “Nos engañaron. Yo lloré por años frente a una urna que no sé si pertenece a mi madre. Esto es devastador”, declaró una mujer que prefirió permanecer en el anonimato.
Las autoridades sanitarias y forenses han iniciado un proceso de identificación mediante pruebas genéticas y registros de defunción. Sin embargo, reconocen que será difícil empatar cada cuerpo con su familia correspondiente, debido al deterioro de los restos y la falta de registros confiables por parte del crematorio.
La investigación se ha extendido a funerarias que colaboraban con el crematorio, pues se presume que algunas habrían tenido conocimiento del esquema fraudulento. Además, se investiga si existió omisión o encubrimiento por parte de funcionarios encargados de verificar las condiciones sanitarias del lugar.
El caso ha causado profunda indignación en Ciudad Juárez y en todo el estado de Chihuahua. Organizaciones de derechos humanos y grupos funerarios han pedido una investigación a fondo. Mientras tanto, la Fiscalía habilitó una línea especial para que las familias afectadas puedan presentar denuncias y solicitar pruebas genéticas.