Sed de justicia: La crisis hídrica como Violación a Derechos Humanos y su Impacto Psicológico

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Opinión: Mtro. Norberto Guerra Mendias

En las colonias olvidadas de Chihuahua, el grifo seco no es solo una molestia: es un recordatorio diario de que la dignidad humana también tiene sed. Mientras el artículo 4° constitucional garantiza el derecho al agua «suficiente, salubre y asequible», miles de familias en polígonos de pobreza sobreviven con cubetas, pipas y la angustia de no saber cuándo volverá a correr el líquido. La sequía no es solo un fenómeno climático; es un fracaso político que convierte la escasez en desigualdad y el estrés hídrico en heridas emocionales.

  1. El derecho al agua: Una promesa incumplida

La reforma al artículo 1° constitucional (2011) estableció que el Estado debe garantizar los derechos humanos —incluyendo el acceso al agua— con principios de universalidad y progresividad. Sin embargo:

Datos crudos: El 40% de hogares en zonas marginadas recibe agua menos de 3 veces por semana (CONEVAL, 2023).

Contraste indignante: Mientras en urbanizaciones privadas el riego de jardines es prioridad, colonias como (ejemplo local) dependen de pipas con agua contaminada.

·        El Estado falla en su deber: Más de 10 millones de mexicanos no tienen agua potable segura (CONEVAL, 2023).

·        Desigualdad estructural: Las colonias pobres reciben servicio intermitente, mientras zonas privilegiadas gozan de suministro constante.

·        Violación a la «progresividad»: El derecho exige mejorar el acceso, pero en muchas comunidades, el agua llega menos que antes.

Reflexión: ¿Cómo puede ser «derecho humano» lo que no llega a quienes más lo necesitan?

·        El Estado falla en su deber: Más de 10 millones de mexicanos no tienen agua potable segura (CONEVAL, 2023).

·        Desigualdad estructural: Las colonias pobres reciben servicio intermitente, mientras zonas privilegiadas gozan de suministro constante.

·        Violación a la «progresividad»: El derecho exige mejorar el acceso, pero en muchas comunidades, el agua llega menos que antes.

Estrés crónico: Niños que faltan a la escuela porque no hay agua para bañarse.

Violencia intrafamiliar: Conflictos por priorizar el líquido (beber vs. lavar).

Depresión: Mujeres que cargan con 20 litros diarios en la espalda, sintiéndose abandonadas por el Estado.

La salud mental: Otra víctima silenciosa de la sequía

Organizaciones como Unicef han alertado que la escasez hídrica dispara problemas emocionales, especialmente en:

Mujeres y niñas: Cargar cubetas pesadas y lidiar con la higiene menstrual sin agua.

Adultos mayores: Vulnerables a deshidratación y estrés por movilidad limitada.

Niños: Desarrollo cognitivo afectado por la desnutrición y el estrés tóxico

·        68% de habitantes en colonias marginadas reportan ansiedad por incertidumbre del suministro (Encuesta IMIP).

·        1 de cada 3 mujeres en Cd. Juárez sufre depresión moderada por carga de acarreo de agua (Red de Psicólogas Feministas).

·        Aumento del 40% en conflictos familiares por agua en la Sierra Tarahumara (DIF Estatal).

La negligencia preventiva: Sequías anunciadas

México tiene 6 meses de lluvias anuales, pero:

Cero inversión en captación: Solo el 12% del agua pluvial se aprovecha (CONAGUA).

Soluciones reactivas: Pozos sobreexplotados y pipas que llegan tarde.

Ejemplo urgente: Israel recicla el 90% de su agua; nosotros dejamos correr el 70% al mar.

El agua es dignidad, y sin ella, no hay justicia

La crisis hídrica no es natural: es el resultado de décadas de abandono. Exigimos:
✅ Acción inmediata: Planes de captación de lluvia y reparación de fugas ahora, no cuando se sequen las presas.
✅ Enfoque psicoemocional: Talleres comunitarios y atención psicológica gratuita en zonas afectadas.
✅ Sanciones reales: Que se castigue a quienes privilegian el agua para industrias sobre las personas.

🔵 Crisis Hídrica en Chihuahua:

·        Presas al 30% de capacidad (CONAGUA, julio 2024).

·        50% de las fugas de agua en la capital no son reparadas (JMAS).

·        Solo 12% de escuelas en zonas rurales tienen sistemas de captación pluvial (SEECH).

·        No prioriza inversión en infraestructura para zonas marginadas (ej: Anapra, Juárez).

·        Permite que industrias (como maquiladoras) consuman 60% del agua, dejando a colonias con racionamiento (IMTA).

Conclusión: No es sequía, es abandono

Chihuahua tiene herramientas para evitar esta crisis: tecnología, leyes y comunidad. Falta voluntad política.

«El agua es vida, pero su ausencia no debe costarnos la salud emocional. Aunque la negligencia institucional nos ha dejado sedientos, no permitamos que la indignación nos queme el alma. Exijamos soluciones con firmeza, pero cuidemos nuestra paz: el estrés crónico y la desesperación no pueden ser el precio por un derecho humano”