Opinión por: Benjamín Carrera
Hace unos días, recibimos una vez más en Chihuahua a la Presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, quien viajó a Guadalupe Y Calvo con el fin de consolidar el Plan de Justicia para los Pueblos de la Sierra Tarahumara, como muestra de la atención prioritaria y el permanente acompañamiento a nuestro estado.
Esta visita es en especial significativa dado que es un acto de justicia social a favor de comunidades históricamente desplazados y despojados, por lo que el reconocimiento de la propiedad comunal es además de justo, histórico.
Fue así que el 17 de mayo pasado, las comunidades de la Sierra se vieron beneficiadas por la restitución de tierras mediante la firma de decretos para el reconocimiento de la propiedad de alrededor de 317 hectáreas a la comunidad rarámuri de Mogótavo, así como 502 hectáreas a la comunidad ódami de Mesa Colorada.
Si bien, el derecho comunal de la propiedad en favor de los pueblos y comunidades indígenas se encontraba ya reconocido en la constitución, sin duda alguna las acciones de la Presidenta, tienen además de plasmar de legalidad un acto relativo a la propiedad de la tierra, fortalecer la identidad de la comunidad y restituir el sentido de pertenencia.
Es importante recordar que los pueblos y comunidades indígenas tienen no solo necesidades sino derechos en materia de salud, educación, vivienda y desarrollo económico, por lo que el Plan de Justicia para los Pueblos enfatiza el humanismo, la inclusión, el reconocimiento y respeto a las culturas originarias de México y sus necesidades.
Si bien, a lo largo de la historia hemos sido testigos de algo que pareciera una practica común, el desplazamiento y despojo son actos que victimizan a quienes estuvieron aquí antes que nosotros, y quienes ven cómo se diluye su legado histórico y cultural.
En el caso concreto de la Sierra, la expansión de actividades económicas como la tala, la minería o bien otro tipo de actividades relacionadas con la delincuencia organizada han mermado los derechos de las y los pobladores, este acto histórico de justicia social reconoce el vínculo que las comunidades tienen con sus territorios.
Consciente de ello, es que la Presidenta ha decidido pasar del discurso a los hechos visibilizando, promoviendo y revalorizando a las comunidades y su cosmovisión, atendiendo además, fuera de agenda, a colectivos que le solicitaron atención respecto al desplazamiento forzado, abriendo por ende la posibilidad de la acción de Gobierno Federal en contra de estas acciones que representan demás una crisis humanitaria.
Es así que la Dra. Sheinbaum refuerza que su gobierno tiene un gran compromiso con los derechos indígenas, con Chihuahua, enviando un mensaje a toda la nación respecto a algo que ya estaba olvidado: resarcir injusticias que incluso ya estaban normalizadas; esto sienta un precedente para otros estados con altos índices de población indígena, resaltando además el que se involucre a las autoridades a fin de reforzar las instituciones.
La Presidenta concluyó su visita haciendo un llamado a la participación, invitando a quienes acudieron a su visita, a participar en las elecciones del poder judicial, a fin de fomentar la democracia participativa y la transparencia. Por mi parte, al igual que la Presidenta, aprovecho el espacio para para replicar ese llamado e invitar a quienes hoy me leen, a hacer ejercicio del derecho al voto que ahora ejerceremos para elegir a las personas quienes nos han de juzgar.