La gloria robada

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Por: Profr. Fidel Octavio López Acosta

Lucharon con barro hasta la cintura, con el miedo dormido bajo el casco y el valor como única bandera.
Avanzaron entre fuego y silencio,
hermanos de sangre sin promesas.

Ganaron la batalla con las manos,
con el pecho abierto, con las botas rotas.

Pero cuando el humo se disipó, cuando el eco de los disparos fue historia. Los jefes: limpios, erguidos, con discursos ensayados, salieron a colgarse las medallas. Esas que nunca pesaron en sus pechos, esas que no saben de barro ni de sangre.

Y así, una vez más, los héroes callaron y los nombres en los libros fueron otros.

Te suena?

Así fue nuestra lucha por la exigencia y rescate de un servicio digno por parte de Pensiones Civiles del Estado.
Ustedes(activos), nosotros (jubilados), la base fuimos quienes dimos pelea, quienes argumentamos, quiénes levantamos la voz y quienes exigimos.

Fueron días, semanas, meses de lucha. Implicaron sacrificios y mucho esfuerzo exigiendo respeto al derecho a la salud.

Ustedes, nosotros, todos (bueno no todos) salimos a la calle, nos bañamos de sol e incluso hasta de críticas injustificadas, pero no nos amedrentaron.
Nuestras autoridades sindicales una vez que fueron rebasados, se pusieron al frente, pero incapaces de negociar y de argumentar el porqué de nuestra lucha, nos incitaron aún más a continuar lidiando en la batalla.

Esa misma que en un tiempo desconocieron y menospreciaron, incluso condenaron.

Ustedes y nosotros hemos ganado una guerra, porque a diferencia de muchas otras regiones en el Estado logramos obtener un mejor servicio y una atención digna por parte de Pensiones Civiles del Estado.

Quedan muchos combates por librar porque la injusticia es mucha, pero, en concreto, esta la ganamos ustedes y nosotros.

Dan pena ajena aquellos que pretenden colgarse una medalla que saben perfectamente no merecen.

Esta batalla la ganamos los soldados sin los generales, con los generales y a pesar de los generales.

Esta primer batalla la hemos ganado ustedes y nosotros. Y eso es lo que importa.

La medalla que se mueren por colgarse quienes en un principio renegaron de nuestro movimiento, es pasajera, es temporal, porque pende de un par de alfileres. El de la ilegitimidad y la del agandalle.

En cambio nosotros estamos viendo ya los primeros frutos, porque hemos logrado se trabaje en proporcionarnos un espacio más digno para nuestra atención médica. Y aunque no es lo que nos merecemos y por lo que luchamos, nos damos por bien servidos en esta primer etapa.

Ustedes y nosotros hemos logrado también algo de suma importancia, que aunque sea un acto reflejo por recuperar su credibilidad y liderazgo; se hayan sumado a nuestra lucha y que nuestros secretarios delegacionales se hayan hecho sentir con dignidad como parte de la base. Esos logros, repito, son de ustedes y nosotros y ahí se quedan.

Somos equipo y habremos de continuar con ellos, sin ellos y a pesar de ellos. Seguiremos en la lucha por una real mejora de nuestros servicios médicos, rayos x, laboratorios, sonografías y demás estudios que nuestra salud amerita.

Fidel Octavio López Acosta