Claudia Sheinbaum: tornar las amenazas en oportunidades

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Por: Victor M. Quintana S.

La semana pasada fue histórica para el mundo y para México. La decisión del presidente Trump de imponer aranceles a 60 países fue un duro golpe al neoliberalismo y la globalización capitalista. De nuestro lado, la convocatoria de la Presidenta Claudia Sheinbaum a la unidad nacional y el lanzamiento del Plan México exceden una reacción de botepronto a la decisión trumpiana y reafirman la voluntad de trazar un nuevo rumbo de desarrollo para el país, ya cimentado desde la presidencia de López Obrador.

La burda imposición arancelaria de Trump ha hecho estallar una guerra relámpago contra el libre comercio e inaugura una nueva fase del capitalismo haciendo trizas tratados comerciales, integración de bloques económicos a la vez que reactiva la intervención del Estado en la economía para favorecer claramente a los sectores oligopólicos, principalmente del sector informático y tecno espacial.

Aunque a México y a Canadá algo les sirvió el TMEC para capear el vendaval arancelario, es un hecho que este tratado ya está en fase terminal como lo señala el Dr. José Luis Calva, de la UNAM.

En este difícil contexto geopolítico y económico es de reconocer la actitud de la Presidenta Sheinbaum. Ha superado lo meramente reactivo y está tomando la iniciativa: la convocatoria del jueves 3 de abril a todos los sectores del país a unirse en torno al Plan México, con 18 componentes clave y el lanzamiento en los días subsecuentes del Plan Cosechando Soberanía, nos muestran un sólido proyecto para construir una economía nacionalista, fuerte, soberana y justiciera, sustentada primordialmente en las propias fuerzas, no dependiente, con apertura selectiva al exterior. Algo parecido hizo Corea del Sur desde los años sesenta con extraordinarios resultados.

Hay varias semejanzas en la situación que enfrenta Claudia con la que enfrentó el Presidente Lázaro Cárdenas en la segunda parte de su gobierno. Al General le tocaron algunos de los impactos de la gran crisis económica del 29, el caos de la anteguerra y el estallido de la II Guerra Mundial. Lejos de amilanarse, aprovechó la situación para reforzar y profundizar el modelo de sustitución de importaciones y expansión del mercado interno. Rescató los recursos estratégicos del país como el petróleo y promovió la industrialización a la vez que disparó la producción de alimentos y materias primas con la reforma agraria y el crédito al campo Mejoró sustantivamente el salario directo y con la institución del seguro social benefició las prestaciones de las y los trabajadores, el salario indirecto. Partiendo de este pacto social se desplegó el modelo de desarrollo estabilizador que modernizó al país, mejoró notablemente el nivel de vida de las mayorías y tuvo vuelo para sobrevivir hasta los años 70.

La Presidenta va por un camino bueno y no trillado- Busca convertir las amenazas del entorno externo en oportunidades para construir un modelo de desarrollo soberano, sustentable e incluyente. No es fácil dado el caos inducido por los desplantes de Donald Trump. Además, en lo interno tiene que enfrentar retos importantes: mantener la unidad nacional en torno a ese proyecto; integrar a la clase trabajadora no sólo con buenos salarios, sino también con un sistema eficaz y universal de salud y reducir al mínimo la inseguridad y la violencia. Todo esto en medio de la mayor sequía en lo que va del siglo, que mermará considerablemente la producción de alimentos.

Desafíos difíciles, prueba de fuego para el liderazgo de la Presidenta Sheinbaum y para la grandeza del país.