Por: Profr. José Luis Fernández Madrid
Si bien, los festivales, Kermesses o carnavales escolares se convierten en una ocupación tan extrema como estresante para los colectivos escolares, particularmente de educación básica, para alumnos y alumnas existe una preocupación suprema: la asistencia de sus padres, madres, tutores o cuidadores.
Lo mismo es si el evento es muy sencillo o si se realiza majestuosamente, las y los actores principales esperan ver a las personas para quienes quieren actuar; sus caras no los dejan mentir cuando en la previa o la postrimería los buscan ansiosos entre el tumulto.
Como padre o madre de familia, acudir a las presentaciones escolares nunca debe ser visto como una carga extra, una interrupción a sus labores cotidianas o simplemente como una «actividad más» que las instituciones educativas organizan. Más bien, deben considerarse como los espacios creados para la convivencia efectiva con los menores, como la oportunidad de compartir tiempo de calidad con su descendencia, como la sublime ocasión de sentirse el apoyo esencial para los suyos.
En el recuerdo y la memoria de niños y niñas queda perennemente impresa la imagen de que fueron a verlo, lo haya hecho bien o mal, haya cantado fuerte o débil, se haya movido al son de la música o se haya quedado inmóvil, tuviera coordinación o no, lo realmente importante es sentirse apreciado porque lo acompañaron.
El comprar algo, poco o mucho en la vendimia o sus disfraces y vestimenta para la ocasión hayan sido las apropiadas o de algo carecieran es poca cosa comparada con los rostros de alegría de los menores al ser tomados de la mano por quienes les representan la imagen de protección, cuidado y cariño.
Un festival no es una obligación para los docentes ni para personal administrativo de las escuelas es, más bien, la enorme convicción de brindarle a la comunidad el pretexto ideal para vivir los valores familiares.
Ojalá y las instalaciones de las escuelas sigan vibrando y se llenen en cada llamado. La niñez y la adolescencia lo premiarán en el corto, mediano y largo plazo.