Por: Profr. Pável Raúl Vázquez Sosa
Paulo Freire define el pensamiento en tres categorías: mágico, ingenuo y crítico. Estas categorías no son absolutas ni permanentes. No es que una persona piense siempre de una sola manera, sino que son herramientas para comprender cómo interpretamos la realidad. Es decir, en distintos momentos podemos pensar de manera mágica, ingenua o crítica.
El propósito no es etiquetar la forma en que pensamos, sino reconocerlas para poder transitar hacia un pensamiento crítico. Ahora bien, ¿qué significa cada una de estas categorías según Freire?
• El pensamiento mágico atribuye la realidad a fuerzas sobrenaturales. Por ejemplo, creer que un mal día se debe a haberse levantado con el pie izquierdo, que la alineación de los planetas define nuestro destino o que basta con ser buena persona para que todo nos salga bien. En este pensamiento el sujeto es pasivo, la realidad no depende de él.
• El pensamiento ingenuo es distinto al mágico, sabe que no depende de un poder superior, pero confía en que los otros, los buenos le resuelvan la vida, piensan que la organización social está constituida de personas buena y malas; que solo basta con encontrar a la persona indicada para que resuelva sus problemas. Este pensamiento tiende a considerar que la organización social que tenemos es correcta, porque busca el bienestar común, pero que hay personas que se corrompen. Ante este razonamiento la conclusión es simple: tenemos que votar por el candidato adecuado, no importa el partido, ni los intereses ideológicos y económicos que tengan. Como si los políticos tuvieran plena libertad, al margen de los intereses políticos, ideológicos y económicos que están detrás de los partidos y grupos de poder.
• El pensamiento crítico reconoce que la sociedad está formada por personas con intereses distintos, que estos intereses son de clase social, raza, género. También reconoce que estos intereses no pueden alinearse de una manera ingenua. Cuando se favorece a unos, se afecta a otros. El pensamiento crítico reconoce que la estructura social no es neutral, ni busca el bienestar común por sí sola. Sino que es producto de relaciones de poder donde algunos grupos imponen sus intereses sobre otros, a veces por consenso, otras veces por la fuerza. El pensamiento crítico permite cuestionar el poder y entender sus dinámicas.
Si aplicamos este marco a la lucha magisterial por una jubilación digna, podemos entender que quienes creen que basta hablar con los políticos para hacerles ver la justicia de nuestra causa, están cayendo en un pensamiento ingenuo. Los políticos juegan sus propios intereses y usan a los movimientos políticos para beneficiarse de ellos. Los políticos dependen del partido y los grupos de poder a quienes se deben, ocupan cargos de manera temporal y transitan de un puesto a otro buscando mantenerse en el poder. Aunque los políticos tienen capacidad de acción, generalmente no responden a los principios éticos, sino que responden a los intereses de su partido y los grupos de poder a los que representan. Las formas de hacer política son relaciones de poder.
El impulso de una reforma magisterial para echar abajo la Ley del ISSSTE-2007, no vendrá únicamente del diálogo. El diálogo es importante, pero no bajo las condiciones que impone el poder. Dialogar sin una movilización que presione y marque una agenda política, termina siendo un error que solo beneficia a los políticos. Les permite tomarse la foto, salir en la prensa y simular que trabajan para la ciudadanía, sin atender realmente las demandas del magisteriales. Los políticos son especialistas en la simulación.
Por ello, la Red considera que, más que confiar en el diálogo con los políticos, los maestros(as) debemos analizar críticamente las estructuras de poder, organizarnos colectivamente y desarrollar estrategias que presionen a los políticos de todos los partidos. Freire nos invita a no ser ingenuos, nos invita a construir un pensamiento crítico que analice, cuestione a fondo y transforme la realidad. Antes de sentarse con un alcalde, diputado o senador, los integrantes de la Red debemos preguntarnos:
• ¿Qué se espera lograr con este encuentro?
• ¿Expresar la inconformidad del gremio es suficiente, para que este político(a) actúe en beneficio de la base?
• ¿Puede este político(a) contribuir a abrogar la ley del ISSSTE? Y si es así, ¿cómo podemos presionarlo para que lo haga?
• ¿El hecho de dialogar con él(ella), fortalece el movimiento o lo fortalece a él y su partido?
• ¿Qué garantías tengo de que cumplirá lo que prometa?
El pensamiento crítico es una herramienta fundamental para nuestra lucha magisterial. La respuesta a estas preguntas es crucial en la definición de la estrategia del movimiento. No podemos darnos el lujo de ser ingenuos. No podemos concederle pedazos de nuestra lucha a una clase política que se ha caracterizado por la traición al magisterio. La lucha es nuestra, de los maestros y maestras que hemos demostrado nuestra capacidad de organización y movilización al margen de las organizaciones partidarias.
Por lo anterior, es fundamental que la Red se coordine con otras fuerzas a nivel nacional, para lograr estar en las mesas de trabajo que el ejecutivo establecerá, además de llegar con la fuerza suficiente para impulsar los cambios necesarios para que el gremio acceda a una jubilación digna.