Carta abierta a las diputadas ausentes Rosana Díaz y Edith Palma, de Morena e Irlanda Márquez, del Partido del Trabajo

0

Opinión por: Luz Estela Castro

No hay linchamiento.
Hay memoria política.

Su ausencia en una votación clave del Congreso de Chihuahua fue una decisión política deliberada. Con ella le hicieron el trabajo sucio al PRIAN y permitieron un refinanciamiento millonario que endeuda al estado y compromete el futuro de generaciones enteras.

Hoy optan por la cobardía política: asumir el papel de víctimas para evadir la rendición de cuentas. Rechazamos esa estrategia. La victimización no borra los hechos ni anula la responsabilidad de sus actos.

Exhibir no es violencia.
La violencia es endeudar a un pueblo e hipotecar su futuro. Y eso tiene nombre: corrupción.

Ustedes llegaron al Congreso bajo banderas de cambio, austeridad y defensa del pueblo, con un mandato expreso: no mentir, no robar y no traicionar. Su ausencia traicionó ese mandato.

Morena y el PT no son siglas vacías ni escudos personales. Son proyectos que, al menos en el discurso, nacieron para romper con las viejas prácticas: endeudar, negociar en lo oscuro y simular oposición. Cuando quienes se dicen representantes del pueblo reproducen exactamente esas lógicas, los proyectos políticos que les abrieron las puertas se vacían, se desgastan y pierden sentido.

Lo que hicieron tuvo consecuencias.
Y como toda decisión política, debe asumirse.

Podrán auto engañarse , pero en su conciencia saben perfectamente que traicionaron a un pueblo y a cada persona que un día confió y votó por ustedes.

Su ausencia quedará registrada como lo que fue: un acto de traición al mandato popular que permitió endeudar a Chihuahua. No podrán esconderse detrás del cargo, del partido ni del discurso de víctimas. La historia política se escribe también con ausencias, y la suya ya tiene consecuencias. Si tienen dignidad, renuncien