El senador Juan Carlos Loera asistió al Encuentro Estatal de Educación Superior, un espacio de diálogo político-académico convocado para analizar el presente y futuro de la educación superior en el estado, que reunió a alrededor de 60 educadores de diversas instituciones.
En el evento participaron docentes e investigadores del Instituto Tecnológico de Ciudad Juárez, la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez, la Universidad Autónoma de Chihuahua, la Universidad Pedagógica Nacional, la Universidad Pedagógica del Estado de Chihuahua, la Escuela Nacional de Antropología e Historia (sede Chihuahua) y el Centro de Actualización del Magisterio.
Como anfitrión, el académico Rigoberto Martínez destacó el carácter histórico de la reunión, señalando que es la primera vez que maestros y maestras de diferentes instituciones se agrupan por iniciativa propia para construir, desde el diálogo, la educación superior que anhelan para el estado.
Durante la jornada, el senador Juan Carlos Loera de la Rosa compartió parte de su trabajo legislativo, afirmando que la solución a muchos de los problemas que enfrenta Ciudad Juárez y Chihuahua debe pasar por las instituciones de educación superior y el esfuerzo de quienes enseñan, investigan y generan conocimiento. También relató su experiencia en la industria maquiladora, subrayando el papel transformador de la formación universitaria en el liderazgo laboral de la ciudad.
En su intervención, Loera enfatizó que gran parte de su labor pública se ha enfocado en escuchar directamente a la ciudadanía, recorriendo colonias y barrios para conocer de primera mano las condiciones de vida de los trabajadores juarenses. Aseguró que, en los últimos años, la situación económica y de bienestar de la clase trabajadora ha mejorado significativamente, gracias a políticas impulsadas por el gobierno de la Cuarta Transformación, lo que se refleja en infraestructura, transporte y condiciones laborales.
El senador destacó que los grandes desafíos de la ciudad—infraestructura, seguridad, desarrollo urbano y cohesión social—no pueden resolverse sin la participación activa de las universidades y de quienes forman, investigan y generan pensamiento crítico. Afirmó que desde las instituciones de educación superior es posible desarrollar modelos para abordar problemas como la deserción escolar, la falta de oportunidades para jóvenes y los trastornos de salud mental, que impactan directamente en la seguridad y el tejido social.
Recordó su paso por el Instituto Tecnológico de Ciudad Juárez y su experiencia en la industria maquiladora, donde presenció una transformación profunda: de un sector dominado casi exclusivamente por gerentes extranjeros a uno liderado mayoritariamente por profesionistas juarenses, con una creciente participación de mujeres. Este proceso, afirmó, no habría sido posible sin el esfuerzo de las y los educadores de nivel superior.
Durante las intervenciones de los asistentes, se abordaron problemáticas como la precariedad laboral de docentes sin base, los bajos salarios, la falta de democracia interna en algunas instituciones y la necesidad de recuperar la autonomía universitaria. También se reconoció el trabajo cultural y comunitario promovido por académicos como el doctor Víctor Orozco.
Como acuerdo central, se propuso la realización de un taller para dar continuidad a las reflexiones y avanzar en propuestas concretas, con el objetivo de fortalecer la educación superior. Los participantes coincidieron en la urgencia de mantener estos espacios de diálogo académico y social.



