El activista chihuahuense Víctor Quintana Silveyra participó este lunes en Washington D.C. en la presentación de la Declaratoria conjunta del Encuentro Nacional T-MEC Paz y Derechos Humanos, un posicionamiento firmado por más de un centenar de organizaciones mexicanas. Frente a la Oficina del Comisionado de Comercio de Estados Unidos, representantes de movimientos sociales, pueblos indígenas, organizaciones civiles, campesinas, sindicales y académicas expusieron la importancia de que la próxima revisión del T-MEC coloque en el centro los derechos humanos, la justicia social y la protección ambiental, al considerar que el acuerdo impacta no solo en lo comercial, sino también en ámbitos laborales, migratorios, culturales y de seguridad.
Durante el acto, las organizaciones expresaron solidaridad con colectivos estadounidenses que enfrentan retos democráticos y anunciaron que sostendrán diálogos trinacionales para construir una agenda conjunta. Entre sus propuestas destacan la homologación de mecanismos laborales, la creación de una Tarjeta Norteamericana de Trabajo y Movilidad, la exclusión del maíz y frijol del tratado, la defensa de semillas nativas y territorios indígenas, así como acciones coordinadas para frenar las violencias estructurales y el tráfico de armas en la región.
A continuación el contenido de la declaratoria:
«Nosotras y nosotros, representantes de movimientos sociales, pueblos indígenas, organizaciones civiles, campesinas, sindicales, académicas y de derechos humanos de México, reunidos hoy frente a la Oficina del Comisionado de Comercio de los Estados Unidos, manifestamos de manera conjunta lo siguiente:
Como organizaciones mexicanas, reconocemos los desafíos que actualmente enfrenta la sociedad estadounidense, estas circunstancias también tienen repercusiones directas en la cooperación bilateral y en la vida de nuestras comunidades en México.
Como nación vecina, expresamos nuestra solidaridad con las organizaciones, comunidades y actores sociales de este país que trabajan por la defensa de los derechos y la democracia. Durante los próximos días, estaremos sosteniendo diálogos activos con contrapartes estadounidenses y canadienses con el fin de avanzar hacia la construcción de un frente trinacional.
Destacamos que la revisión del T-MEC constituye un momento decisivo para los tres países. El acuerdo trasciende lo comercial: su implementación ha influido de manera profunda en las dimensiones social, laboral, alimentaria, ambiental, cultural, migratoria, energética, de paz y de derechos humanos en toda la región.
Las propuestas que presentamos hoy representan la voz de más de un centenar de organizaciones y personas defensoras de derechos en México. Nuestras principales recomendaciones son:
Respetar la libertad sindical y la contratación colectiva y homologar en los tres países el procedimiento para la presentación de casos ante el Mecanismo Laboral de Respuesta Rápida, considerando el objeto del mismo de ser y accesible para las personas trabajadoras;
Proponemos un Mecanismo Trilateral de Movilidad y Regularización Humana dentro del Capítulo 23 del T-MEC, tal como el Pacto de Asociación Libre entre Estados Unidos y naciones de islas del Pacífico, que permite movilidad laboral sin visas. A través de una Tarjeta Norteamericana de Trabajo y Movilidad, las personas trabajadoras podrían moverse, residir y trabajar legal y de manera segura en México, Estados Unidos y Canadá. Este enfoque está basado en derechos humanos, económicamente beneficioso y estratégico para la región;
Defensa de la biodiversidad, agua y las semillas nativas, garantizando que el T-MEC no adopte compromisos que afecten la defensa de los derechos humanos y campesinos. No a la privatización de las semillas; mantener la prohibición de ingreso, exportación uso en alimentos de maíz genéticamente modificado y derivados en alimentos de consumo humano; pedimos la exclusión del maíz y frijol del Tratado;
Participación comunitaria y reconocimiento de los territorios indígenas y de la naturaleza como sujeto de derechos; ampliar y ratificar la vigencia de los Tratados internacionales de protección al medio ambiente, así como garantizar investigaciones previas con acciones de prevención, mitigación y reparación antes de la implementación de paneles de solución de controversias.
Construir una paz verdadera exige una justicia plena, la igualdad sustantiva y la erradicación de las violencias estructurales; implica también enfrentar el tráfico de armas, así como el impacto nocivo de ciertas inversiones y el lavado de dinero que alimentan redes ilícitas y profundizan la inseguridad en nuestras comunidades.
Quienes somos parte de esta red en defensa de la vida, los derechos y la justicia para los pueblos impactados por el TMEC en México, seguiremos trabajando para construir una agenda trinacional desde los pueblos de México, Estados Unidos y Canadá; exigir transparencia y participación social, así como crear mecanismos de seguimiento y acción conjunta regional.
Finalmente, dirigimos un respetuoso llamado al Comisionado de Comercio y al gobierno de los Estados Unidos a considerar y atender las propuestas de la sociedad civil mexicana. Reafirmamos que nuestras naciones son hermanas y que un acuerdo comercial que coloque a las personas y sus derechos en el centro será beneficioso para todas y todos.»



