-Hizo hincapié en que hace mucha falta más preparación por parte de la SEP a los docentes
En la última jornada del Congreso Nacional de Investigación sobre Educación Normal (CONISEN) 2025, el asesor técnico pedagógico chihuahuense Dr. Joel Horacio Orozco González, de la Escuela Normal Superior del Estado de Chihuahua «Profr. José E. Medrano R.», cimbró con una conferencia especial titulada “¿Docentes para el cambio o el control? La formación normalista en la Nueva Escuela Mexicana”, en la que advirtió frente a las anteriores reformas y planes de estudio que abonaban a un magisterio reducido a instrumento de sometimiento, la NEM le apuesta a un magisterio emancipador.
El ponente recordó cómo desde el Pacto por México se impuso al docente la etiqueta de “culpable” de los males sociales y educativos, instaurando un Servicio Profesional Docente punitivo que más que reconocer la labor de maestras y maestros buscaba disciplinarlos y controlarles. Esta lógica, dijo, se reforzó con reformas que apostaron por la mano de obra barata, la mecanización del currículum y la desvalorización del maestro como sujeto crítico.
En este sentido, Orozco refirió que en los sistemas anteriores «muchas veces al maestro se le vio como una persona que no era capaz de proponer, sino que simplemente era una persona capaz de cuidar y solamente transfiera. Y por eso los sistemas educativos anteriores han precarizado tanto al maestro porque no se nos revaloró y la primera valoración que teníamos nosotros como maestros es saber que podemos caminar, que somos intelectuales y que no tenemos que apegarnos al guión que nos propone cierto modo de vivir. Tenemos que aferrarnos a la realidad que se vive dentro de nuestras aulas. Ese es el reto y es el choque de paradigma que tenemos».
Orozco recuperó el pensamiento de Paulo Freire y su apelativo “maestra sí, tía no”, para subrayar que al magisterio se le minimizó al punto de convertirlo en una figura de cuidado, negándole su papel político, intelectual y emancipador. “Durante décadas –afirmó– los docentes fuimos instrumentos de reformas capitalistas que pretendían que solo vomitáramos contenidos, sin transformar realidades”.
En contraste, planteó que la Nueva Escuela Mexicana se propone como un giro radical, ya que apuesta por la comunidad en el centro, la autonomía profesional docente, la integración curricular y el reconocimiento del derecho humano a la educación como ejes fundamentales. “El maestro no es un transmisor, es un lector crítico de la realidad que, con base en las problemáticas de su aula y comunidad, puede transformar contextos”, destacó.
El académico enfatizó que la NEM recupera las epistemologías del sur y pedagogías propias de América Latina, desde Paulo Freire hasta Enrique Dussel y Rafael Ramírez, rompiendo con el eurocentrismo que marcó buena parte de las reformas anteriores. Ello implica pasar de la “educación bancaria” al aprendizaje comunitario y crítico, en el que el proceso importa más que el producto y donde la evaluación debe ser formativa, no numérica.
Finalmente, Orozco llamó a las y los futuros docentes a asumir su responsabilidad ética y política. En este sentido, recordó que Freire destaca que el caso del docente en formación «es crucial que asuma su identidad como profesional de la educación con la dignidad, responsabilidad y el coraje de luchar por sus derechos y por una educación de calidad superando visiones in instrumentistas de paquetes de desarrollo».
Agregó que el rol del docente en este nuevo enfoque trasciende para convertirse en un militante que se compromete con la superación de las injusticias docentes.
«El nuevo maestro mexicano no es un transmisor de conocimientos. El nuevo maestro mexicano es un emancipador de las injusticias sociales y (..) la Nueva Escuela Mexicana nos hace ver a los maestros como los intelectuales de este país. Y hay que creerlo porque nosotros tenemos la realidad de nuestros alumnos», aseveró.
«No necesitamos un guión, por eso el libro sin recetas, porque el guión nos lo va diciendo el contexto inmediato de mis alumnos. Educar no es vomitarle a mis alumnos conocimientos. Educar es generar alumnos críticos que transformen su contexto inmediato», concluyó Joel Orozco.