En el marco del Congreso Nacional de Investigación sobre Educación Normal (CONISEN) Chihuahua 2025, el maestro Abelardo Carro Nava, docente del Centro de Actualización del Magisterio de Tlaxcala y profesor investigador de la Escuela Normal Primaria “Leonarda Gómez Blanco”, compartió la conferencia magistral «La planeación didáctica: más allá del formato», en la que sostuvo que las normales deben formar estudiantes capaces de construir una planeación situada, reflexiva y contextualizada, y no solo de llenar formatos.
Durante su intervención, Carro Nava recordó que históricamente la planeación se concibió desde un enfoque normativo y técnico, atado a esquemas rígidos como el modelo de Tyler, que reducían el proceso a una receta estandarizada de objetivos, actividades y pruebas. “El problema es que en algún momento nos casamos con el formato, olvidando que la planeación es en realidad un ejercicio de anticipación y toma de decisiones”, señaló.
El especialista subrayó que en las últimas décadas se ha avanzado hacia enfoques más críticos y constructivistas, que conciben la planeación como un diálogo entre el docente, los contenidos y el contexto, lo que obliga a replantear su sentido dentro de la Nueva Escuela Mexicana y los programas derivados del Plan de Estudios 2022.
“Una planeación no es un papel para entregar a la supervisión, sino una previsión intencionada, una mirada crítica que permite al maestro decidir qué enseñar, cómo hacerlo y con qué recursos, de acuerdo con las realidades de sus estudiantes”, afirmó el académico, al tiempo que advirtió sobre prácticas reduccionistas que persisten en algunas escuelas normales y de educación básica.
En este sentido, Carro Nava alertó sobre los riesgos de convertir la planeación en un trámite administrativo, con exceso de formatos impuestos en cascada, sin retroalimentación ni utilidad pedagógica. Criticó también fenómenos actuales como la venta de planeaciones o el uso acrítico de la inteligencia artificial para elaborarlas, lo cual, dijo, desvincula a los estudiantes normalistas de los fundamentos didácticos.
“Si no regresamos a los fundamentos, si no preguntamos al estudiante qué planear, para qué y por qué, seguiremos cayendo en la inercia de cumplir por cumplir”, reflexionó. Aseguró que la formación docente requiere no solo del dominio de técnicas, sino de la capacidad de contextualizar y construir propuestas didácticas propias, pertinentes a cada comunidad.
El maestro tlaxcalteca reconoció que esta tarea no es sencilla, pues implica articular la observación, la práctica y la reflexión desde los primeros semestres en las normales, para que los futuros maestros no repitan esquemas caducos ni apliquen planeaciones prefabricadas. “El reto es que nuestros estudiantes normalistas aprendan a leer la realidad y desde ahí generen situaciones de aprendizaje”, dijo.
Al abordar los retos actuales, subrayó que las metodologías activas, como el aprendizaje basado en proyectos comunitarios, deben entenderse como herramientas y no como imposiciones rígidas que terminan confundiendo a alumnos y maestros. “No se trata de meter todo en un mismo saco, sino de elegir de manera consciente lo que corresponde al contexto y al propósito”, aclaró.
Frente a un auditorio nutrido, Carro Nava insistió en que las normales juegan un papel central en este proceso, pues de ellas depende que las nuevas generaciones de docentes no solo conozcan los formatos, sino que desarrollen la autonomía intelectual para diseñar, experimentar y evaluar sus propias propuestas didácticas.
El ponente convocó a las y los formadores de docentes a mantener abierto el diálogo crítico sobre la planeación y la práctica, recuperando la experiencia colegiada y la reflexión pedagógica.