Por: Luis Andrés Rivera Levario, vocero de Salvemos los Cerros de Chihuahua
En fechas recientes se hicieron virales dos situaciones preocupantes relacionadas con la Junta Municipal de Agua y Saneamiento de Chihuahua (JMAS): el convenio con el Estado de Israel —presentado como un acuerdo de “tecnología”, pero cuestionado por su posible uso en el corte de agua a la población más vulnerable— y la contaminación del Arroyo de las Ánimas, uno de los espacios naturales más emblemáticos de la ciudad, que ha recibido descargas de aguas negras ante la inoperancia del organismo responsable de proveer drenaje y saneamiento.
Sin embargo, una nueva evidencia muestra una problemática todavía más grave. De acuerdo con el informe LAB-25-077 del Centro de Calidad Ambiental (CCA), a varios cientos de metros de la descarga de la planta tratadora —que en temporada seca aporta prácticamente la totalidad del caudal del río Sacramento— se detectaron concentraciones de nitrógeno total que superan los límites máximos permitidos por la normatividad mexicana.

En términos claros, la JMAS estaría contaminando el río Sacramento en exceso, lo que constituye una posible violación a la ley ambiental, además de un riesgo para el equilibrio ecológico y para la salud de las comunidades humanas y animales que dependen de este cauce, reconocido como patrimonio natural de la nación.
Ante esta situación, Salvemos los Cerros de Chihuahua ha interpuesto una denuncia formal ante la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (PROFEPA) y se encuentra en espera de la resolución.
Cabe recordar que hace unas semanas, un grupo de personas acompañadas por Grupo Cementos de Chihuahua intentaron ingresar maquinaria pesada al cauce del Sacramento para remover la vegetación. La acción fue detenida gracias a la organización ciudadana. En ese momento se argumentaba que se trataba de “limpieza”, lo que resulta contradictorio cuando la misma agua que llena el río llega ya contaminada desde las descargas de la JMAS.

Hacemos un llamado a la ciudadanía a extremar precauciones, a mantenerse vigilantes y a sumarse con reportes y denuncias que contribuyan a la defensa y sanación del río Sacramento. Frente a proyectos extractivos y contaminantes, el río resiste y sigue siendo un gran patrimonio ambiental y cultural de Chihuahua.