Chihuahua, Chih.— Durante la más reciente sesión del Ayuntamiento, los regidores de la fracción de Morena votaron en contra del Código de Ética presentado para su aprobación, al argumentar que el documento fue construido de manera “improvisada, poco rigurosa y excluyente”.
De acuerdo con su pronunciamiento, los ediles señalaron que no se oponen a la existencia de un instrumento normativo que rija el actuar de las personas servidoras públicas, sino a las condiciones en que fue elaborado el nuevo Código. “Este Código fue construido al vapor, como respuesta apresurada a los recientes y lamentables actos cometidos por el Subdirector de Gobernación […] y ante la ausencia de una actualización al Código anterior, vigente desde 2021”, afirmaron.
Entre los aspectos más cuestionados, los regidores morenistas destacaron la falta de diferenciación entre personas servidoras públicas y funcionarias públicas, lo cual —señalaron— compromete la aplicabilidad del documento. También consideraron que el Código carece de mecanismos claros de cumplimiento y sanción, al tiempo que criticaron que el Órgano Interno de Control no cuenta con facultades para sancionar a figuras como regidores, la Síndica o el propio Presidente Municipal.
“No estamos en contra de comprometernos con principios éticos como los establecidos por la Constitución”, expresaron, “pero para que tenga legitimidad, este compromiso debe sustentarse en un Código construido de forma democrática, participativa y con criterios técnicos sólidos”.
Asimismo, cuestionaron el enfoque de algunos temas que consideraron ideologizados, como la perspectiva de familia, la visión de competitividad sin vinculación con la sustentabilidad ambiental, y un tratamiento superficial del principio de equidad de género.
Respecto a este último punto, señalaron que el Código menciona la violencia contra las mujeres, pero sin una perspectiva interseccional ni un enfoque integral de derechos. “No basta con una mención superficial: se requieren acciones concretas, políticas con enfoque de derechos y un lenguaje acorde a los compromisos internacionales que México ha adoptado”, añadieron.
Los regidores también manifestaron su preocupación por la ausencia de un diagnóstico ético previo en la elaboración del documento, así como por la falta de consulta al personal operativo y sectores involucrados. “Nos preocupa que se exija ‘disciplina y lealtad’ cuando no se ha promovido una cultura de participación, transparencia y corresponsabilidad”, expresaron.
Finalmente, reiteraron su compromiso con los principios éticos del servicio público, pero insistieron en la necesidad de contar con un marco normativo sólido, democrático, inclusivo y eficaz: “Por todas estas razones, votamos en contra del Código de Ética presentado”.