En mayo del año 2015 comenzó la aventura del italiano Gianluca Danilo Santagostino en Chihuahua, gracias al futbol americano llegó desde Milán a la Facultad de Ciencias de la Cultura Física, a través de recomendaciones que le hacían para venir y de sus ganas de trascender.
Apasionado del deporte de las tacleadas, decidió aceptar la invitación de las Águilas de la UACH e ingresó a la FCCF, para después incorporarse al equipo, en donde se convirtió en un referente y capitán el año pasado.
Pese a que el 2018 fue su último año como elegible, con 25 años dejó de jugar a nivel universitario, pero actualmente se desempeña como entrenador de receptores del equipo.
El próximo mes de mayo concluye con su licenciatura. “Estoy muy agradecido con todos; mi Alma Mater me dio la formación académica, deportiva y ahora la oportunidad de desarrollarme en el ámbito laboral”.
Gianluca aprendió el español durante el día a día, con algunas clases impartidas a través de la Universidad, con la convivencia con sus compañeros, amigos, y aunque reconoce que aún le faltan detalles, se siente orgulloso del idioma y de haber llegado a Chihuahua.
“Mi primera complicación fue la comunicación; entendía bien lo que decían, pero no sabía cómo expresarlo, así fue el primer semestre, pero después el idioma ya no fue un problema”.
Conforme fue avanzando su estadía en Chihuahua, se dio cuenta de que existe una combinación muy importante entre el apoyo que brinda la Universidad en lo académico y lo deportivo, lo que en lo personal le ha ayudado en su carrera como atleta y estudiante.
“Ser un deportista de alto rendimiento no es fácil, hay que hacer muchos sacrificios, renunciar a muchas cosas, pero todo tiene su recompensa”, afirmó.
Actualmente, reconoció que no tiene decidido un plan a corto o mediano plazo, pues tiene opción de seguir aquí después de concluir sus estudios o regresar a Italia con su familia, pero no quiere apresurar ninguna determinación.
Extraña, admite, muchas cosas de su país, pero que afortunadamente logró adaptarse a la cultura, al clima, idioma, a la comida y a las condiciones propias de estar lejos de sus seres queridos.
“Nunca he sido víctima de discriminación, nadie me hizo a un lado por ser extranjero, al contrario, desde el inicio me brindaron apoyo y una amistad sincera que me ha ayudado a salir adelante y a sentirme ítalomexicano”.
Como integrante de las Águilas, en 2018 fue reconocido como el mejor jugador-atleta universitario, de la Organización Nacional Estudiantil de Futbol Americano (ONEFA), además de haber obtenido como alumno un promedio de 9.7 al final del semestre.
Comentó que llegar a Chihuahua ha sido una oportunidad muy grande, debido a que en Italia el futbol americano es considerado más como un hobby, no hay becas universitarias y menos personas que vivan de ello.
“El futbol americano es mi pasión y mover la pasión en un trabajo es lo que muchas personas quieren lograr; eso es lo que yo estoy haciendo en este momento”, comentó el hoy coach de receptores de las Águilas de la UACH.