En su primer mensaje oficial como nuevo presidente de la República Mexicana, Andrés Manuel López Obrador confirmó sus anuncios de que no habrá aumento en los impuestos y que los combustibles no se encarecerán más allá de lo correspondiente a la inflación, afirmación que fue recibida con abucheos de la oposición, a los no dudó en recriminar que fueron quienes avalaron el aumento de su precio atentando contra la economías de las familias mexicanas. Adelantó que no será hasta que se construya una nueva refinería y se devuelva la operatividad a las seis existentes desde hace 40 años cuando se esté en disposición de bajar los precios.
López Obrador aseguró que el combate a la corrupción y la impunidad, aunado a una verdadera política de austeridad republicana permitirá a México liberar suficientes fondos, "más de lo que imaginamos, mucho más".
Reiteró que ello propiciará que no existirá "necesidad de aumentar impuestos en términos reales y ese es un compromiso que estoy haciendo, ni aumentarán los precios de los combustibles más allá de la inflación".
Afirmación ésta que fue recibida con abucheos desde un ampliio sector de los asistentes a la ceremonia protocolaria en el Congreso de la Unión y ante la que AMLO no dudó en señalar al micrófono que "ahora resulta que los que aumentaron el precio a las gasolinas están pidiendo que baje".
"Pronto, muy pronto, cuando terminemos la refineria que vamos a construir en México y se rehabiliten seis refinerías va a bajar el precio de la gasolina y todos los combustibles", prosiguió.
