Tras tomar posesión de la presidencia de la República y refrendar que si bien como presidente defenderá su postura en los diferentes temas, pero la ciudadanía siempre tendrá la última palabra, Andrés Manuel López Obrador confirmó la eliminación del fuero hasta para el propio presidente en funciones y una real separación de los poderes económicos y político, poniendo fin a la etapa en la que el Ejecutivo fue "un simple facilitador para el saqueo".
En su combate a la corrupción y la impunidad, López Obrador aseguró que, en un hecho histórico, con la llegada de su gobierno en México el presidente de la República podrá ser "juzgado como cualquier ciudadano aún estando en funciones".
Afirmó que en esta lucha aplicarán el dicho de "un buen juez por la casa empieza", apuntando ser consceinte de que la corrupción se promueve y se practica desde lo alto hasta los niveles inferiores, por lo que se comprometió a "limpiar el gobierno de corrupción de arriba para abajo, como se limpian las escaleras".
AMLO aseguró que otro precepto de su gobierno será el de la separación del poder económico del poder político, el cual "ya no será un simple facilitador para el saqueo como ha venido sucediendo, ya el gobierno no va a ser un comité al servicio de una minoría rapaz", y anunció que su gobierno representará ricos y pobres, creyentes y libres pensadores, y a todas las mexicanas y mexicanos independiente de creencias religiosas, preferencias sexuales, capacidad económica,...
Adelantó que "se acabará la vergonzosa tradición de fraudes electorales" y advirtió que "quien utilice recursos públicos o privados para comprar votos o jugar con la pobreza de la gente irá a la cárcel sin derecho a fianza".
