En nuestra vida cotidiana nos acontece que se dan situaciones o momentos emblemáticos y altamente significativos en los que nos mostramos a nosotros mismos y a los demás de cuerpo entero, es decir, nos mostramos como somos y, además, como queremos ser. En esas especiales circunstancias nos delatan más que las palabras nuestros gestos, nuestros pies, nuestras manos, nuestras emociones y actuamos más por lo que sentimos que por lo que pensamos.
Hago esta introducción para descifrarme a mí mismo y a quien lo quiera hacer el acontecimiento del pasado viernes, en el que Javier Corral, nuestro Gobernador, ha estado junto al cuerpo tendido de Julián Carrillo y ha estado abrazado a sus familiares con enorme dolor.
Julián fue uno de los principales líderes de la comunidad rarámuri de Coloradas de la Virgen, del municipio de Guadalupe y Calvo. Era un gran defensor del bosque y del territorio de su comunidad india, miembro de la Alianza Sierra Madre, A.C. (ASMAC). Un amante de su gente y de su tierra… su terruño. De ahí le brotaba su valentía y coraje para luchar, a pesar de agresiones y de la pérdida de cuatro familiares suyos, asesinados en diferentes fechas, uno de ellos su propio hijo, Víctor Carrillo Carrillo. Julián, recio como las montañas, transparente como un maniantal, reverente hermano del bosque y de todo ser viviente, fue truncada su existencia entre nosotros el pasado 24 de octubre, pero no su vida que estará siempre presente en cada árbol, en cada riachuelo y en cada peña de la altiva Sierra Tarahumara.
El encuentro del Gobernador con la familia de Julián y la comunidad doliente nos hace ver de qué lado está la persona de Javier compartiendo la impotencia y el coraje y, por tanto, de qué lado está el Gobernador de Chihuahua. Los pies pisando tierra sagrada, los brazos abrazando el dolor de los rarámuri y recuperando el valor de Julián y su familia para dejar claro y, que todo el pueblo se entere, de que no dejará a solas estas familias, como él mismo lo aclaró y ratificó.
Ante tanto sufrimiento y ante tantas necesidades de nuestra gente, solamente se puede alimentar y retroalimentar el espíritu de cualquier dirigente bebiendo en las aguas transparentes de la sabiduría, de la reserva moral y generosa fortaleza solidaria que tiene nuestro pueblo. ¡Enhorabuena, Javier, porque ahí está la clave de tu relanzamiento para un buen gobierno!