Ciudad de México. - Demi Lovato tuvo que ser llevada al hospital por una aparente sobredosis. Este incidente no es extraño en el mundo de la farándula. Tan sólo habría que echar un ojo al llamado “Club de los 27” para recordar a cantantes como Amy Winehouse o Janis Joplin, quienes tuvieron un fatídico final.
Es justo entre los 20 y los 30 que actrices y cantantes han vivido quiebres en su salud emocional y mental relacionados con las drogas.
Britney Spears, Paris Hilton, Lindsay Lohan y Amanda Bynes, entre otras, tuvieron experiencias con las drogas que las llevaron a hospitales, cambios en su apariencia e incluso a ponerle pausa a sus carreras.
Para Alexis Solís, terapeuta de la Sociedad Mexicana para la Prevención y Manejo del Estrés, es común que entre ese rango de edad las personas tengan algún tipo de crisis.
“Es la etapa en la que la gente tendemos a sufrir estrés laboral, que tiene que ver un síndrome de estrés crónico. No sólo tiene que ver con la cantidad de trabajo, es una cuestión de la perspectiva que se tiene del trabajo. La edad entre 20 y 30 es una época de alto impacto por las expectativas que todavía tiene una persona en ese momento de su vida”, comentó.
Es así como los famosos que están en esta edad pueden sufrir episodios como los de Lovato de esta semana y que la llevaron a cancelar algunos de sus conciertos.
“Tener altas expectativas es algo común entra la gente de 20 y 30 años, digamos que es un nivel de sobre exigencia. Esto tiene relación con las adicciones en diversas formas. Uno, es una cuestión generacional, porque esta generación tiene mayor acceso a las drogas de la que tenían otras generaciones. La misma cultura aprueba el uso de drogas más en estas edades. Es una herramienta que usan para enfrentar estas exigencias, estos problemas de la vida”, agregó Solís.
Según el terapeuta, las celebridades son más susceptibles y aún más las mujeres por los elementos biológicos como las hormonas, o elementos sociales, como el acoso sexual y el machismo al que se enfrentan. “Inmadurez emocional y poder adquisitivo sin límite los llevan a sufrir y terminar en callejones sin salida”.