Móscu. - Francia campeón del mundo. El galo, fue un equipo diseñado para ganar y así se manifestó en todo momento. El encargado de armar el rompecabezas, Didier Deschamps, logró que su plan saliera de principio a fin en esta Copa del Mundo. Victoria (4-2 sobre Croacia), título y locura gala en el último día de futbol en Rusia 2018.
Criticado por momentos ante lo amarrado de su futbol cuando cuenta con tanto potencial en la cancha, ahora será un equipo venerado por conseguir el segundo título mundial de su historia... el cuadro francés nunca perdió el horizonte en un Mundial que fue una montaña rusa para los históricos. No hizo ni más ni menos de lo que establecieron antes de este partido ante Croacia, y antes de cada uno de los que jugaron en la competencia.
Y sin tener una final espectacular, terminó por aplastar el sueño de los guerreros balcánicos, a quienes la historia les reservará un lugar especial sin importar que no conseguieron el principal objetivo.
El primer tiempo de los franceses fue como todo el Mundial, de una frialdad y un cálculo a los posibles errores más que a las virtudes de sus futbolistas y sin embargo consiguieron la ventaja, en dos ocasiones. Primero con un autogol de Mario Mandzukic a servicio de Antoine Griezmann (18') y después con un penalti ejecutado por el del Atlético de Madrid (38'), después de que el árbitro Néstor Pitana se apoyara en el VAR para señalar mano de Iván Perisic, una decisión poco acertada si se analiza lejos de la presión que tenía el silbante encima. En el ínter de estos los goles franceses, el propio Perisic había acercado (28').
Ese error de Pitana derrumbó a los croatas y abrió el camino para la otra parte de la estrategia francesa, la del contragolpe. Y así lo jugaron en el complemento, con lanzamientos a la velocidad de Kylian Mbappé con los que se abrió a una desesperada defensa croata y venció al arquero Subasic, quien en esta ocasión no estuvo tan fino en sus lances.
Primero fue Paul Pogba (59') y después Mbappé (65'), quienes amarraron el triunfo francés, sin olvidar las precauciones del técnico Deschamps al sacar al amonestado Konté y buscar cerrar el partido con todo y el susto por el terrible error de Hugo Lloris, quién le dio oportunidad a los balcánicos de acercarse al tratar de recortar a Manzukic y que éste anotara en el rebote (69').
Tres espontáneos después, una corregida de los elementos de seguridad para sacarlos de la cancha, algunas patadas, un par de contragolpes más de los franceses y el final de un partido que fue el reflejo de una Copa del Mundo en la que Francia nunca arriesgó de más para evitar el fracaso... Y lo lograron, son, por segunda ocasión en la historia, campeones del mundo.