Por: Maclovio Murillo Chávez
Al ahora auto-eregido adalid de la independencia judicial local (José Luis Villegas), nombrado primero como Magistrado y luego Consejero de la Judicatura Local, sin haber estado más cerca de doscientos metros de un Juzgado o una Sala de Apelaciones donde se imparte justicia, ya se le olvido como llegó vergonzosamente a esos cargos, bajo el fierro del ahora prófugo de la justicia y Ex Gobernador Cesar Duarte Jaquez.
Y ahora le ha dado por la ácida crítica de lo mismo que lo encumbró. Habría que revisar si su conducta es constitutiva de falta administrativa y / o delito, al llamar al paro ilegal de labores a manera de colusión de servidores públicos, para exigir por la vía ilegal, evaluaciones adecuadas en los concursos de oposición; y al denostar, injuriar y desprestigiar pública y sistemáticamente en medios de comunicación, al poder que debiera respetar y tenerle lealtad, sin demérito de su facultad de cambiarlo por la vía institucional.
La falta de una adecuada evaluación en la especificidad de conocimientos y aptitudes que ahora tanto critica en los concursos que desahoga el Consejo de la Judicatura de Chihuahua, para nombrar magistrados y jueces, fue precisamente lo que posibilitó su designación, atropellando a excelsos funcionarios judiciales que si tenían experiencia, méritos y conocimientos, siendo por ende ocasión de lo mismo que acusa.
Pero ahora ya se le olvidó, lo cual, indudablemente no es debido a su mala memoria, sino principalmente que él es como los camaleones, que cambian color a discreción. Cabría preguntarse:
Qué autoridad moral tiene "Villeguitas" por mal nombre conocido con la mote de "El Chupitos" , para para exigir transparencia en el nombramiento de Jueces y Magistrados, si el mismo fue designado con violacion a los principios que rigen la carrera judicial y sin tener méritos, experiencia ni los conocimientos necesarios para ser Magistrado ni Consejero.
¿Por qué tanta saña en criticar la evaluación en los primeros esfuerzos para organizar los dos únicos concursos en la historia de Chihuahua, que para designar nuevos Jueces y Magistrados ahora realiza el Consejo de la Judicatura (no Lucha Castro como lo dice con perversión) si el mismo fue designado sin evaluación alguna?
¿Qué es lo esconde detrás de su llamado a la colusión de funcionarios judiciales para protestar por concursos obviamente perfectibles, sí el mismo fue designado sin concurso alguno?
¿Por qué no protestó en el Pleno del Tribunal Superior de Justicia como Magistrado integrante del mismo, cuando se nombró un enorme porcentaje de Jueces provisionales con la exclusiva finalidad de atropellar el principio de independencia judicial y posibilitar el control político de las decisiones de estos bajo el auspicio de Cesar Duarte Jaquez?
¿Ignora Villegas que la sistemática designación de Jueces provisionales ha sido declarada inconvencional por la Corte Interamericana de Derechos Humanos, por promover un medio de control político de la actividad judicial? ¿Por qué no gestionó que no se nombrarán esos jueces de forma provisional?
Indudable es que la independencia judicial constituye un principio que a toda la sociedad nos conviene que sea respetado, y especialmente a los abogados que litigamos ante los tribunales.
Y obviamente que es válido pujar por obtener su respeto, pues sin independencia no hay imparcialidad y sin está no hay verdadera justicia, pero lo que no se vale es promover primero, y ser usufructuario del control político de la función jurisdiccional, y luego convertirse en el artífice de una campaña sistemática de desprestigio contra todo uno de los poderes locales, como es el judicial, basados en la falta de respeto del principio de independencia que, su autor, antes promovió.
Los abogados que de alguna manera y en algún momento realmente hemos luchado por la independencia judicial y la imparcialidad de las decisiones de los jueces, sabemos que esa lucha debe encausarse en todo caso por la vía institucional, haciéndose uso de los recursos ordinarios y extraordinarios previstos en la Ley y en la Constitución, pero nunca promoviendo paros injustificados de labores como los que promueve el Magistrado Villegas, pues esto equivale a promover una colusión de funcionarios públicos en detrimento de la justicia, basados en campañas de desprestigio y odio, que a nada bueno conducen.
Ojalá y la lucha por la independencia judicial tomen un cause adecuado y los que no hayan alcanzado su nombramiento por la vía de los concursos realizados, si se sienten agraviados acudan a las instancias correspondientes, sin llegar a tomar acciones ilegales porque indudablemente los que aspiran a la Judicatura o son parte de ella, deben promover congruente mente el respeto a la cultura de la legalidad.