Ciudad de México.- El FC Barcelona cantó el alirón con un triplete de Lionel Messi una semana después de haber ganado la Copa del Rey para sellar un doblete que supuso las lágrimas de su rival, el RC Deportivo, que certificó con la derrota (2-4) su descenso a Segunda División.
La cara y la cruz del deporte quedaron reflejadas en el césped de Riazor. El Barcelona formó la piña para celebrar el título; el Deportivo, hizo lo propio en el centro del campo sabiéndose equipo de la categoría de plata tras haber luchado ante un Barcelona al que logró igualar (2-2), antes de caer de pie.
Ernesto Valverde quería ganar LaLiga en Riazor y afrontar el Clásico con el Real Madrid con el campeonato resuelto, sin necesidad de prolongar la espera. Enfrente, el Deportivo, que tenía que ganar para no descender, le hizo pasillo al Barça antes del encuentro por haber conquistado la Copa del Rey. Después, lo alargó en el arranque del partido.
El conjunto blanquiazul dio facilidades al azulgrana, que dejó en el banquillo a Andrés Iniesta en la semana en que anunció que no seguirá en el club y sacó un once claramente ofensivo, con Coutinho y Dembélé junto a Luis Suárez y Lionel Messi. Ya habían jugado juntos frente al Leganés (3-1) en un partido que se resolvió con un triplete del argentino.
De una pérdida del Deportivo cuando intentaba elaborar uno de sus primeros ataques, surgió una contra del Barcelona que los locales no supieron frenar. Los dos fichajes más caros de la historia del club catalán se entendieron en el área ante la pasividad de los de Seedorf. Dembélé firmó su séptima asistencia de la temporada y Coutinho la clavó con la rosca.
Marcó el Barça y llovió sobre Riazor. Habían pasado solo siete minutos. El Deportivo necesitó más o menos el mismo tiempo para pasar de la resignación con la que encajó el golpe a levantarse.
Llegó a empatar Lucas Pérez en un saque de esquina, pero el árbitro lo anuló por fuera de juego de Schär, que había intentado cazar ante Ter Stegen el balón inicialmente cabeceado por Albentosa.
Ese gol anulado apagó de nuevo al Deportivo y el Barcelona rozó el segundo en una falta directa de Messi que obligó a Rubén a responder con una sensacional estirada (min.30).
El equipo coruñés tiró de orgullo antes del descanso, pero una vez más esta temporada perdonó en el área. Guilherme, tras un taconazo de Çolak, sirvió un centro medido al área y allí apareció Schär libre de marca para rematar por encima de la portería de Ter Stegen (min.34).
Al Dépor no solo se le escapó la posibilidad de empatar. Además, espoleó al Barcelona y fue castigado. Dembélé lanzó otra contra mortal de los de Valverde, el balón llegó a los pies de Luis Suárez, inédito prácticamente hasta entonces, y con el exterior se lo dejó a Messi en el segundo palo. El argentino lo cazó de primeras y acertó. Iniesta salió del banquillo a aplaudir.
Lejos de dejarse caer a la lona y tirar la toalla, los de Seedorf volvieron a levantarse con una fe impropia de los que ya están a punto de irse a Segunda. Para tratar de escapar del infierno, Krohn-Dehli rescató uno de los pases que le llevaron al Sevilla antes de que las lesiones de rodilla le amargaran, Borja Valle lo recogió en el área y Lucas no falló.
El Barcelona tejió otra vez tras el paso por el vestuario y el Deportivo resistió como pudo las embestidas. Messi se plantó dos veces ante Rubén, pero en la primera, a pase de Suárez, se encontró con el exportero azulgrana, y en la segunda, remató ligeramente desviado.
Seedorf dejó descolgado a Lucas Pérez para intentar cazar algún contraataque. Lo tuvo (min.56) a pase de Çolak, pero Ter Stegen, bien colocado, detuvo el esférico.
El Deportivo emuló al Barcelona para restablecer la igualada a los 64 minutos. Krohn-Dehli combinó con Borja Valle, que hizo tiempo para que llegara Borges al segundo palo y desde allí el costarricense le dejara en bandeja el tanto a Çolak.
Los coruñeses estaban a un gol de ganarse una vida extra y aplazar el doblete del Barcelona. Lo rozó Schär con un cabezazo que atajó Ter Stegen.
El partido se rompió hasta que Valverde movió el banquillo y retomó el mando del partido con la entrada de Denis Suárez y Paulinho. El Barça tuvo la sentencia en las botas de Luis Suárez. A los 73 minutos, Luis Suárez remató al lateral de la red y después, en el 80, perdonó ante el guardameta gallego.
No lo logró el uruguayo, pero se lo regaló a Messi y, además, por partida doble para que al argentino adelantara a Salah en la lucha por la Bota de Oro, sentenciara LaLiga y mandara al Depor a Segunda.