Enviada, Phoenix.- Cuando quiso jugar el Tri, le bastaron flashazos de gracias para descarrilar al impetuoso, pero nada venenoso Honduras. Sin embargo, fueron suspiros los que tuvo la selección mexicana, que acusa, desde que arrancó la Copa Oro, falta de contundencia y regularidad. En este duelo, logró el pase con un marcador de 1-0 sobre los catrachos.
El cuadro azteca tuvo que quitarse el frac que quisieron usar en los primeros minutos del duelo y aguantar las patadas de los catrachos. Y entonces, de un futbol agradable, de toque que se le vio en algunos pasajes, se opacó, se conformó, y además, cuando consiguió opciones, no logró mandar más de una vez el balón al fondo de la red.
Eso sí, tampoco es que Honduras exigiera. Llegó a cuenta gotas. Les ha ido mal en las eliminatorias mundialistas y en este certamen no han logrado ser certeros, un mal que ya destacaba su entrenador Jorge Luis Pinto. En parte, gracias a eso tampoco México se notó tan impreciso en el fondo.
Orbelín Pineda era el del ingenio, el que se movía por izquierda, por el centro, y el que igual daba pases que tiraba a la portería. Lamentablemente para su causa, no encontraba la llave para llegar al objetivo. Pizarro lo intentó un rato, pero le quitaron las ganas con un par de patadas.
Aunque el cuadro nacional mejoró en algunos detalles, no logra ser certero. Afortunadamente, el Tricolor encontró un gol tempranero que le permitiera no volverse loco en busca de la victoria. Entró en sosiego, se paró bien atrás sin la premura de buscar más. Orbelín desde izquierda, pasó el balón a Dueñas, quien mandó centro para que Pizarro solo empujara el esférico. Era el primero del partido.
Honduras le ponía empeño al encuentro. A veces mucha fuerza. Trataron de llegar con pases largos a la portería de Jesús Corona y lo consiguieron, aunque sin disparos directos al arco en aquellos instantes.
Poco a poco, el duelo se apagó. Ambos cuadros se dividían el balón en la media cancha. Para buena fortuna de los de verde, los catrachos no lograban llegar a su arco, pese a que por instantes se adueñaban de las acciones.
Honduras sorprendió al Tricolor, luego de que Romell Quito cobró un tiro de castigo directo al arco, mismo que rechazó Jesús Corona, pero el esférico quedó con vida en el área. Fue Molina quien impidió cualquier susto.
De nueva cuenta el choque tuvo sus momentos de alegría. De llegadas de uno y otro lado. Como cuando el conjunto azteca acosó con varios tiros, primero de Hernández, luego de Orbelín, que rechazaron los zagueros contrarios.
Del otro lado, tocaban a la puerta con un tiro de Alex López, quien exigió a Corona, y éste apenas alcanzó a manotear el tiro.
Fuente: Milenio