No nos van a callar, dicen periodistas

*El asesinato de Javier Valdez Cárdenas, periodista y escritor sinaloense, levantó la indignación del gremio. Antes que a Javier Valdez, tres periodistas fueron asesinados en marzo, uno más en abril, y uno más también en mayo. Todo esto, luego de que 2016 batiera un récord: 11 homicidios.

“A Miroslava la mataron por lengua larga. Que nos maten a todos, si esa es la condena de muerte por reportear este infierno. No al silencio”, escribió Javier.

Ciudad de México.- Javier Valdez Cárdenas fue asesinado este lunes en la Culiacán, Sinaloa, y su asesinato se hila a los de otros cinco periodistas mexicanos que este 2017 han caído abatidos por las balas.

El 2 de marzo, Cecilio Pineda, de La Voz de Tierra Caliente, en Guerrero; el 19 de marzo, Ricardo Monlui Cabrera, de los medios El Político y El Sol de Córdoba, en Veracruz; el 23 de marzo, Miroslava Breach Velducea, colaboradora de Norte, de Ciudad Juárez, Chihuahua, y corresponsal de La Jornada, en la Ciudad de México; el 15 de abril, Maximino Rodríguez Palacios, reportero y columnista del Colectivo Pericú, en Baja California Sur, y el 3 de mayo, Filiberto Álvarez, conductor de un programa de radio en Tlaquitenango, Morelos.

Al respecto, los periodistas Sanjuana Martínez, Adrián López y Adela Navarro coincidieron en que este es el momento de que el gremio periodístico debe no sólo reclamar justicia sino ponerse en acción para obligar a las autoridades a investigar y romper la impunidad en torno a los asesinatos y amenazas contra los comunicadores mexicanos.

La periodista Sanjuana Martínez compartió este lunes en redes sociales una fotografía en la que ella sale abrazada de Javier Valdez. Los dos ahí sonríen. Sanjuana hoy llora la pérdida del periodista al que define como valiente y riguroso, “un periodista de cepa, muy comprometido”.

Para Sanjuana, el hecho de que Enrique Peña Nieto turne el caso a la PGR no tiene ningún sentido, ya que lo considera un crimen más que quedará impune como el 99 por ciento de los crímenes que atiende la Fiscalía Especial para la Atención de Delitos cometidos contra la Libertad de Expresión (FEADLE).

La periodista galardonada con reconocimientos internacionales y colaboradora de SinEmbargo consideró que el Presidente no tiene ninguna voluntad de ofrecer seguridad a los periodistas porque no le conviene, de entrada, porque los crímenes no son aislados, las víctimas se cansan de señalar a sus verdugos, los crímenes y las amenazas y entonces las agresiones se convierten en crímenes anunciados y muertes anunciadas.

“Lamentablemente este crimen no se va a resolver, pero que no les quepa duda: si creen que así nos van a callar, no van a poder. Vamos a seguir hasta que entiendan que no se mata la verdad matando periodistas. Porque el mensaje va a continuar y va a llegar, tarde o temprano. Esa es nuestra misión de vida. Javier me dijo: ‘siento la mira del arma en mi cabeza’. Él sabía que lo querían matar. Sabía que podía perder la vida como lo sabemos muchos de nosotros y la pregunta es: ¿quién es el siguiente?”, agregó Martínez, quien como Valdez es también colaboradora del diario La Jornada.

Pero a pesar del dolor y el llanto, hay fuerza, destacó.

Para la periodista, Javier deja como lección un trabajo impecable, un trabajo de campo muy valiente y riguroso; de un periodista que se jugaba la vida de manera permanente, reporteando desde el centro neural del narcotráfico, que es Sinaloa.

“Tengo mucho dolor, mucha tristeza y frustración por lo que está sucediendo, por lo que le pasó a Javier Valdez”, así definió su sentir Adela Navarro Bello, directora general del semanario ZETA, que igual que Río Doce se ha encargado de investigar y documentar el narcotráfico en su estado: Baja California.

“Cuando se muere un periodista, la sociedad se queda sin la información que daba. Generalmente cuando hay un asesinato de este tipo es para parar, ante la corrupción e impunidad que hay en las instituciones este país, a quien sí se atreve a investigar; para parar la información de lo que esta sucediendo en los gobiernos corruptos, en los que las corporaciones policiacas están implicadas en el crimen organizado […]. La que pierde es la sociedad, además de información perdemos conocer la realidad de lo que sucede en nuestra sociedad”, destacó la también columnista de este diario digital.

Respecto a la impunidad en los ataques a la prensa, Navarro Bello destacó que la Feadle la verdad no funciona porque no tiene los elementos para funcionar.

“No tiene los recursos legales ni humanos que le permitan ir más allá que estar creando archivos sobre los ataques a la libertad de expresión [..]. Pero, además, hay una falta de interés visible por parte de los últimos tres gobiernos, falta compromiso para salvaguardar la libertad de expresión y hacer justicia”, afirmó.

El mensaje es que esto tiene que ser “un hasta aquí, no el inicio de una espiral más peligrosa”, aseguró desde Sinaloa Adrián López Ortiz, director de Noroeste, diario sinaloense donde Javier Valdez laboró para después irse a fundar Río Doce.

Javier, recordó su colega, tenía una personalidad directa, era bromista y mal hablado. Además, un tipo muy amable, de muchísimo tacto y un reportero de calle que andaba con su sombrero caminando en la ciudad y contando historias.

“Escuchando, escuchando, escuchando. Tal vez es lo que mejor sabía hacer más allá de sus abordajes y enfoques. La lección que nos deja, entonces, es que hay que seguir contando”, dijo el periodista López Ortiz.

Su asesinato, a dos calles de la redacción donde trabajaba, es “muy grave y desconcertante”. Javier era un colega conocido, respetado y con una larga trayectoria en el periodismo sinaloense. Lo que logra su homicidio es poner a todo el gremio de México y sobre todo al de Sinaloa “asustado y precavido”.

“Contó como pocos con muchísima precisión las historias de dolor del crimen organizado. Ahora le tocó a él ser una víctima y caer a manos de alguien que decidió callar su voz”, lamentó sobre el autor de “Narcoperiodismo”.

Adrián López dijo que es bueno que la Fiscalía General del Estado de Sinaloa incluirá en sus líneas de investigación el trabajo periodístico de Javier Valdez para determinar el móvil de su homicidio. Sin embargo, se debe estar pendiente del caso.

“La impunidad es la cobija que permite que este tipo de casos sucedan. En México se puede matar a un periodista porque no pasa nada, es sencillo, sale gratis y no hay consecuencias. Mientras eso siga siendo así los delincuentes tienen un seguro de que pueden callar la voz; una información importante para la opinión pública”, aseguró.

Adrián López, también columnista de SinEmbargo, afirmó que en Sinaloa el crimen organizado ha agredido a la sociedad civil más fuerte en las últimas semanas. El caso de Javier, expuso, debe ser un precedente para levantar la voz con más decisión y energía para tomar otro tipo de acciones de cara al discurso de las autoridades responsables.

“Si esto no nos ayuda al gremio mexicano y sinaloense para aprender a unirnos en estas circunstancias, por un bien superior que es la seguridad y mantener la libertad de expresión y el derecho a saber de la sociedad, no sé qué más nos puede unir”, concluyó López.

Fuente: www.sinembargo.mx

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