Ciudad de México.- La gente aún seguía buscando sus asientos, ya fuera en el estadio o en las salas de sus hogares cuando Andrés Guardado ya tenía gritando gol a los comentaristas deportivos.
El lateral del PSV llegaba así a los 22 goles con la Selección Mexicana y parecía que la fiesta largamente anunciada no iba a demorarse, incluso en este viernes 13 trágico en otras latitudes.
Tras una falla del “Chicharito” un par de minutos después, se confirmaba lo que los números, expertos y demás analistas (comprobados e improvisados) venían anunciando desde hace una semana: el “Tri” tenía que convertirse en un “huracán” desde los primeros instantes.
Sin embargo, tras el primer tanto, el dominio abismal de los locales –bajo la complacencia de la endeble defensa salvadoreña– no se hacía presente de forma más contundente. Por el contrario, el balón se paseaba en el área de Henry Hernández y era abanicada una y otra vez sin éxito por piernas mexicanas sin que lograra tocar la red.
Juan Carlos Osorio se paseaba por el área, haciendo gala de su personalidad fría, inexpresiva, rayando en lo insípida, es difícil atinar el estado de ánimo del técnico colombiano. Sin embargo, en el caso del DT, sus clásicos bolígrafos ayudaban. y el azul indicaba que todo iba bien a juicio del timonel de la Selección.
Para el minuto 20 los nacionales ya habían fallado cuatro oportunidades claras de gol, dos de ellas demasiado claras a manos de Hugo Ayala y de (oh sorpresa) Javier Hernández. El tapatío ya acumulaba un par de yerros a su cuenta y los aficionados ya comenzaban a hacer sus cálculos. De esta manera, esperaban que luego de dos o tres fallas más llegara (por fin) el gol del ariete del Bayer Leverkusen.
Minutos antes de la media hora de juego el ánimo del ya de por sí medio lleno Coloso de Santa Úrsula había decaído. México seguía fallando y los visitantes ya se animaban a pisar más allá de la media cancha. Incluso Layún ya estaba ayudando a los delanteros salvadoreños con jugadas arriesgadas que, de no haber sido por “Moi” Muñoz, el empate hubiera llegado.
Por alguna razón, incluso tratándose del debut de la eliminatoria. Los fantasmas del pasado hexagonal comenzaban a rondar el Azteca.
Cinco minutos antes del entretiempo los asistentes del Azteca mataban el tiempo haciendo la famosa “ola”. Muchos ya habían perdido la cuenta de las fallas cuando la estadística se hizo presente y “Chicharito” anotó su gol. La magia de la repetición instantánea puso en evidencia que el tanto fue obra de Héctor Herrera. No obstante, “Chicharito” fue el que alzó los brazos y gritó la anotación con mayor ímpetu. Qué más daba, al menos el marcador ya se había movido.
Fuente: sinembargo.mx