Chihuahua, Chih.- Durante el evento de entrega de Certificados de Cumplimiento Ambiental a 31 agencias automotrices del estado de Chihuahua, el delegado federal de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) Joel Aranda Olivas, señaló que la dependencia regula y vigila a los "talleres improvisados" de los que habló el presidente de AMDA Chihuahua. Tanto es así, que informó del procedimiento administrativo abierto contra una empresa recolectora de residuos tóxicos que no logró probar el destino de toneladas de estos y que podrían haber acabado en la red de alcantarillado en una irresponsabilidad que tendrá sus consecuencias en materia de sanciones.
Enfatizó que éste se trataba de un programa voluntario, quienes participan es de motu propio y Profepa los acompaña, comportando beneficios directos e indirectos para quienes lo obtienen después de aceptar la auditoría ambiental de sus procesos de trabajo.
"No es algo muy sencillo, no es contestar un cuestinario, (...) tiene que ver con otras instancaias ,no nada más del gobierno federal, de ahí lo importante" del programa, señaló. Agradeció al presidente de AMDA Chihuahua, Jorge Cruz Russek, por mantener y poner en valor un programa con esta trascendencia.
"El caso de Chihuahua es un caso existoso en el país", refirió, manifestando que AMDA Chihuahua es la única organización que tiene una presencia con sus asociados en la promoción de esta preocupación por el medio ambiente.
Ante la petición externada por Jorge Russek de "todos parejos, suelo parejo", exigiendo regular a los talleres improvisados, Aranda Olivas aseguró que "hablando de talleres donde se prestan servicios a vehículos automotores, créame que lo hacemos", siendo parte de las acciones del área de Producción Industrial de la Profepa.
El delegado federal informó que "llevamos un proceso administrativo que significa que haya empresas que son quienes van y hacen la recolección de los residuos peligrosos, tenemos un caso, no les digo nombres ni mayores datos, donde era un incumplimiento total de la empresa que se dedicaba a recolectar estos residuos".
Aseguró que ello se tradujo en toneladas de residuos que no han logrado comprobar dónde los dejaron, encontrándose posiblemente en la situación de que hayan sido arrojados al drenaje, lo cual comportaria una grave irresponsabilidad pues estos químicos matarían las bacterías que tratan el agua en las plantas tratadoras.