Con la ausencia de última hora de Messi por vómitos, el Barcelona no logra pasar del empate ante el Málaga

Empezó la tarde con la noticia de que Messi iba a perderse el partido ante el Málaga por un virus estomacal y acabó con un dolor de barriga para los barcelonistas que volvieron a tropezar en casa al ser incapaces de marcar un solo gol a un Málaga que salió a defenderse y que tuvo en Kameni un héroe. El Barcelona se despertó tarde de la siesta y cuando se dio cuenta de que le volaban los puntos del Camp Nou quiso apretar los dientes, pero entonces emergió la gigantesca figura del ex portero del Espanyol, que tradicionalmente acostumbra a realizar grandes actuaciones en el Camp Nou.


El partido valió la pena por la emoción de los instantes finales, en los que el Málaga en inferioridad desde el minuto 23 de la segunda parte por expulsión de Llorente, resistió heroicamente el asedio del Barça.

Hasta el tramo final del partido, el encuentro fue espantoso. Sin Messi, el Barcelona se vio incapaz de buscar una grieta por donde meter mano al ordenado equipo andaluz. Lento, previsible y sin mordiente, el Barcelona se fue amodorrando mientras los minutos iban pasando. La presencia de Paco Alcácer en punta de ataque ocupando el sitio del sancionado Luis Suárez volvió a ser un fiasco total. El valenciano ni participa, ni se mueve ni remata. No es que el resto de sus compañeros estuvieran especialmente acertados, pero su caso empieza a preocupar en el Camp Nou.

El único jugador que parecía ser consciente en el Barcelona de la importancia de lo que estaba en juego era Gerard Piqué, el mejor de los de Luis Enrique.

El central del Barcelona demostró que igual sienta las bases de un acuerdo con un patrocinador japonés que lidera la defensa o acaba haciendo de delantero centro en el arreón final de su equipo.

La suya pudo ser una tarde heroica, pues marcó un gol que fue anulado por fuera de juego de André Gomes. Posteriormente, protestó un penalti y acabó contagiando a sus compañeros, que quisieron solucionar tarde y mal lo que habían dejado escapar en unos primeros 75 minutos infumables.

Luis Enrique desde la banda tampoco supo encontrar la tecla para cambiar la dinámica del encuentro. Las entradas en el campo de André Gomes, Jordi Alba y Rakitic coincidieron con el periodo en el que los andaluces estaban con uno menos y fue totalmente lógico que los de Juande pasaran apuros, pero más allá de la épica, el Barcelona ofreció muy pocas ideas y poco juego.

Está el equipo blaugrana en un momento en el que no acaba de arrancar como juego de conjunto. El equipo vive demasiado pendiente de sus individualidades. Sin los destellos de calidad de Messi, Neymar, Suárez o Piqué, hay muy poco salvable en un Barça que ha perdido el discurso y el guión.

El Málaga, por su parte, supo desempeñar a la perfección el partido que le había pedido su técnico. Disciplinados, solidarios y serios, los andaluces incluso pudieron dar una campanada aún mayor cuando en una de las tres aproximaciones contadas al área de Ter Stegen, Juancar chutó al lateral de la red.

Si el portero alemán fue casi un espectador de excepción, en el Málaga Kameni fue un muro infranqueable. Sus dos últimas paradas ante Neymar y André Gomes son de esas que marcan una carrera y dejaron al Barcelona más enfermo que el propio Messi.

Fuenta: as.com

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