El PRI, cuando pierde arrebata

Por: José Luis Rodríguez Chávez

Nuestra Carta Magna permite la impugnación de eventos electorales, cuando asiste la razón. Sin embargo, esta (nuestra ley), se maneja de acuerdo a los intereses políticos.

Chihuahua fue el excenario en 1986, ante el fraude cometido en la elección a gobernador. Muchos recordaran aquel verano caliente. Dos años después el fraude se consuma a nivel nacional, le es arrancado el triunfo a Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, pasando por encima del pueblo de México.

En esta frontera (Ciudad Juárez), es en 1995, cuando se suscitan hechos poselectorales. El PRI, ante su derrota a la alcaldía en su candidato Carlos Morales, forza al órgano electoral por primera vez ciudadanizado y en manos del doctor (medico) Luzbel Marte Corona. El partido tricolor señala que hubo fraude, el día que entregarían la constancia de mayoría a Galindo. La diferencia de votos entre su candidato y el ganador Ramón Galindo Noriega, es del orden de mil quinientos sufragios a favor del panista. Recuerdo esos momentos, en donde porros del PRI, comandados por Polo Canizales y Roberto Mora, llegaron a las instalaciones de la asamblea municipal con palos y tubos para intimidar y presionar a las autoridades electorales. Don Edeberto Galindo, se subió al cofre de un auto, ante el tumulto y grito a las turbas priistas, mátenme a mí como lo hicieron con Colosio. Finalmente, y durante 24 días, se abrió urna por urna y contó voto por voto. El triunfo era de Ramón Galindo Noriega.

Ciudad Juárez siempre a la vanguardia, vuelve a sufrir otro acto de abuso de autoridad por parte del PRI gobierno. En 2001 anula la elección a alcalde, la cual se repite en 2002, volviendo a anular este segundo evento por parte del Tribunal Electoral chihuahuense. Finalmente es el TRIFE quien no permite esta segunda anulación, reconociendo el triunfo de Jesús Alfredo Delgado, como alcalde. Para esto su periodo de gobierno le es limitado en nueve meses, en que el PRI, nombro un Concejo Municipal, presidido por Jose Reyes Ferris.

Hoy de nueva cuenta la historia se repite o al menos trata. Las elecciones del pasado 5 de junio, de nueva cuenta son impugnadas por el PRI. Gobernador, alcalde de Juárez, de Chihuahua, parte del congreso, es impugnado por su presidente estatal Guillermo Dowell. Inmerso en la ignominia este personaje busca desestabilizar al pueblo de Chihuahua. Impugna a Armando Cabada, que duplico los votos al candidato de Dowell. Más de cien mil votos de diferencia ante Teto Murguía y no acepta la derrota. Lo mismo a la gubernatura, donde Javier Corral Jurado, venció por más de diez puntos a Enrique Serrano (que acepto de inmediato su derrota).

Guillermo Dowell, que se jacta de honorable juarense, hoy trata de burlar al pueblo de Chihuahua y de esta frontera. Un pueblo cansado del abuso y fraude de los gobernadores priistas. Un pueblo masacrado en su dignidad, ante las pifias fraudulentas por parte de su gobernador Cesar Duarte Jaques (en proceso de expulsión de su partido político).

Apenas antier decidíamos los Ciudadanos Vigilantes, manifestarnos por estas atrocidades, donde se está vejando la voluntad ciudadana, expresada en las urnas hace menos de sesenta días. Sin embargo, en un acto de miedo ridículo, Guillermo Dowell trata de victimizarse ante nuestra manifestación, cuando él tiene de victima al pueblo chihuahuense. No es la primera vez que el PRI gobierno trata de tergiversar el escenario político. Ya lo hizo en meses pasados con porros pagados, quienes interpusieron en enero de 2015 una demanda en la PGR, acusando a los Ciudadanos Vigilantes de delincuentes electorales. Demanda que no procedió ante el cinismo de la misma.

Sabemos y conocemos que las impugnaciones no procederán, pero no es justo y correcto, que Dowell y su ignominia, abucen más de la ciudadanía que ha despertado y busca una alternativa para que no le sigan robando y mintiendo.

Alguien debe de enfrentar esas arbitrariedades y para ello están los Ciudadanos Vigilantes que llevan más de 30 meses CLAUSURANDO dependencias que hostigan al pueblo.

 

P.D. Guillermo Dowell, a quien debes de culpar por tus supuestos miedos, no es a los ciudadanos, es a tu patrón que te mete en estos entuertos. Recuerda que la dignidad es primero y es lo poco ( si es que todavía te resta un algo) que heredaras a tus hijos.

 

 

 

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