El fútbol es un deporte que inventaron los ingleses, juegan once contra once, y siempre gana Alemania. Ahora también ante Italia, que resucitó varias veces pero terminó perdiendo tras 18 penaltis en una de las peores tandas que se recuerdan.
Hasta hoy, en ocho partidos oficiales, Alemania no había podido con su bestia negra (4 derrotas y 4 empates) pese a ser la selección más fiable de Europa. La otra es la Azzurra, una máquina de competir capaz de dejar fuera de la Eurocopa a la marchita España y poner contra las cuerdas a la gran favorita.
Italia no cambió de planteamiento ante la campeona del mundo. Tres centrales, dos carrileros, tres en el medio y dos delanteros. El mismo 5-3-2 con el que Conte dejó con las vergüenzas al aire a España. El míster italiano sólo introdujo una modificación, Sturaro por De Rossi tocado.
Alemania varió su libreto y optó por copiar el modelo italiano. El damnificado en la reestructuración fue Julian Draxler, que se fue al banquillo para dejar hueco en el once a Howedes. El movimiento táctico evidenció el respeto que le tenía Low a su rival. Tres centrales para frenar a Pellé y Eder, con Kimmich de carrilero por la derecha. Lo que no entraba dentro de los planes de Low era que a los 12 minutos se lesionase Khedira, un fijo en su esquema. El elegido para sustituirlo fue Bastian Schweinsteiger.
Alemania supo mejor que España cómo atar en corto a Italia. Desde el principio se notó que iba a ser otro partido. Fundamentalmente porque esta vez los dos equipos sabían lo que tenían que hacer. El gol se cotizaba alto y significaba más de medio partido. En el arranque, lo buscó más Alemania, con Mario Gómez trasteando a la espalda de la BBC defensiva. Sin Draxler, la imaginación recaía en exclusiva en Ozil ante una Italia perfectamente ordenada atrás. En el traje del 5-3-2 convertible en 3-5-2 se sienten siempre cómodos los de Conte.
La primera, en el 26', terminó en un gol de cabeza bien anulado a Schweinsteiger por falta a Chiellini tras un buen balón de Hummels. Ya que por abajo no se podía, Alemania lo tenía que intentar por arriba. Mientras, Italia seguía agazapada esperando su momento. Cumplida la media hora, un error de Kimmich en un despeje a punto estuvo de significar el 0-1. De Sciglio la puso por la izquierda y Boateng evitó que Eder disparase a quemarropa ante Neuer. El partido se podía decidir por un detalle, y convenía no regalar nada. En el 35', un centro taponado por Florenzi casi se le escapa de las manos a Buffon junto al palo. Pudo acabar mal, pero esas cosas no le suelen pasar a los grandes. Bonucci, Barzagli y Chiellini seguían a lo suyo, con Mario Gómez intentándolo sin éxito. Tampoco Müller, negado de cara al gol toda la Eurocopa.
Si se descuida, Alemania se va perdiendo al descanso. Un balón teledirigido de Bonucci lo bajó en posición correcta el diabólico Giaccherini. Tuvo tiempo de sacar el centro sobre la línea de fondo, pero Neuer metió el pie y dejó sin gol a Eder. El rechace fue a parar a Sturaro, que soltó la pierna y se topó con Boateng.
Tras el descanso, Alemania metió el miedo en el cuerpo a Italia en una jugada entre Ozil y Mario Gómez que culminó Muller con un remate que se iba fuera. Por si acaso, sacó bajo palos y en el aire Florenzi con una bonita acrobacia. El gol iba a llegar poco después. En el 65', un balón largo de Neuer lo persiguió Mario Gómez por la banda izquierda. Aguantó hasta que le dobló Héctor, uno de los jugadores que han aprovechado la Eurocopa como escaparate. Su pase atrás tocó en Chiellini y quedó en bandeja para Ozil, que marcó a Buffon anticipándose a Giaccherini.
Alemania olió la sangre, y a punto estuvo de sentenciar tres minutos después en un intento de taconazo de Mario Gómez desviado por Chiellini hacia su propia portería que sacó con grandes reflejos Buffon. Italia estaba herida, en una situación incómoda. A falta de 20 minutos, Mario Gómez estaba vacío y dejó su sitio a Draxler. A Italia le hacía falta un gol para la prórroga, y lo buscó en un centro de De Sciglio que remató desviado un Pellé menos inspirado que ante España.
Recuerden. Italia siempre es Italia, y espero a que el rival cometiese un error para pasar factura. En el 77', un penalti absurdo por mano de Boateng tras un cabezazo de Chiellini lo convertía Bonucci en el 1-1. No es un especialista pero no le tembló el pulso. No lo tiró nada mal para ser su primer penalti fuera de una tanda.
El central de la Juve es, a día de hoy, uno de los mejores defensas de Europa. Uno no se lo imagina cometiendo el mismo error infantil que Boateng, que por evitar que pareciese que estaba empujando a Chiellini levantó las manos de forma temeraria dentro del área. Con Bonucci, Chiellini y Barzagli, Buffon sí que se siente seguro. La prórroga era inevitable, aunque De Sciglio quiso ahorrársela con un disparo raso que se marchó junto al palo en el 89'.
El guión de la prórroga fue el previsible. Los dos equipos intentando no cometer errores mientras el reloj avanzaba hacia los penaltis. Sin ocasiones en la primera parte. Sin ocasiones en la segunda. Los once metros dictarían sentencia, como tantas otras veces en el fútbol. Esta vez, el final iba a ser distinto.
Insigne gol. Kroos gol. Zaza falla tras un ridículo taconeo. Había entrado por Chiellini en el 119' para tirar un penalti que Italia nunca olvidará. Buffon detiene el lanzamiento de Muller. Barzagli gol. Ozil al palo. Pellé fuera, con un lanzamiento horrible. Draxler gol. En el quinto, Neuer se la devuelve a Bonucci y para. Schweinsteiger tira para ganar y la manda a las nubes. De locos.
Muerte súbita. Giaccherini gol. Hummels gol, con Buffon tocándola. Parolo gol. Kimmich gol. De Sciglo, al larguero y gol. Boateng gol. En el noveno lanzamiento de Italia, Neuer para el penalti de Darmian. Turno para Hector, coge carrera y el balón pasa por debajo del cuerpo de Buffon, que llorá amargamente por otra Eurocopa que se le escapa. La última. Alemania en semifinales, Italia a casa.
