España.- 13 de junio de 2016. Una fecha histórica para la selección española. Ganó con un gol de Piqué a la República Checa en el minuto 87. Lo celebró él y toda España. O casi toda. Convirtió en Toulouse los pitos en aplausos el día en que terminaba la era Casillas y comenzaba la etapa De Gea.
Que el nuevo meta titular de la Roja marque o no una era dependerá de su rendimiento en la portería los próximos años. Sólo y exclusivamente de eso.
Del juicio del fútbol. Salió con el trece a la espalda y vestido de amarillo. Los miedos y las supersticiones para otro. En el 92', salvó el empate a remate de Darida. Cambio de santo.
España debutó en la Eurocopa algo imprecisa, con los checos intentando pescar en río revuelto. Le costó un cuarto de hora meter el miedo en el cuerpo a su rival, en una acción por la derecha entre Juanfran y Silva que no pudo culminar Morata en boca de gol. Su remate se quedó en el cuerpo de Cech.
A partir de ahí, España desplegó sus alas. Iniesta tomó los mandos y el juego empezó a fluir de forma natural desde sus botas en todas direcciones. En el 25', un pase con escuadra y cartabón para Juanfran no terminó de llegar a Morata, siempre rondando el gol. En el 28', su disparo cruzado lo desvió Cech a córner, el mejor de los checos. El pase fue de Iniesta, que estableció una conexión directa con tarifa plana con el del delantero de la Roja.
A la media hora, el partido era de España. Sólo faltaba materializar el dominio en el marcador para evitar males mayores. Entre resbalón y resbalón, Nolito agitaba el partido por la izquierda, con Jordi Alba acelerando la moto a su espalda y Kaderabek sudando tinta para detectarle en el radar. En el 40', el disparo de Alba lo volvió a repeler un Cech enorme. Uno de esos porteros capaces de sostener a todo un país con sus guantes.
La primera parte terminó sin goles, con un disparo de Darida para probar la confianza de De Gea. Un recordatorio de que, por mucho que domines un partido (73% de posesión en la primera parte), de poco sirve sin hincar los colmillos. Tras el descanso, España salió a por el gol y a punto estuvo de encontrárselo de la forma más improbable, con un remate de Hubnik hacia su propia portería que acabó en el poste. Las dudas checas las aprovechó la Roja para rozar el gol en otra acción embarullada, con Ramos a la carga tras un mal remate de Nolito a despeje de Cech.
Cech, el mejor de los checos
El gol parecía cuestión de tiempo, mientras los checos mutaban en suizos en las peores pesadillas de España. Cumplida la hora de partido, hacían falta soluciones para desatascar el duelo y Del Bosque recurrió a Aduriz para sentar a un Morata al que le sobró trabajo y le faltó acierto. En el 65' llegó un susto, en un balón colgado que remató Gebre Selassie y sacó Cesc bajo palos con Kaderabek preparando la puntilla.
Un gran favor a la patria de Fábregas antes de dejar su sitio a Thiago. En el 70', Alba falló en un control ante Cech tras un pase magistral de Silva. El gol no llegaba y ponía a prueba la paciencia de España ante una República Checa que firmaba el empate. En el 80', a Thiago se la levantaron cuando media España cantaba gol. A Del Bosque le quedaba un cambio, y eligió a Pedro por un Nolito algo cansado. Lucas Vázquez se quedó en el banquillo esperando su oportunidad.
Faltaban tres minutos cuando menos claro lo tenía España. Fue entonces cuando apareció el mejor Iniesta para mandar un balón perfecto al segundo palo. Por allí apareció Piqué para marcar el gol de la victoria. Corrió hacia la afición española, situada en esa esquina del campo. Caprichos del destino. Tenía que ser él quien pusiese a España patas arriba con un gol in extremis. Gracias a Piqué empezó todo para España en esta Eurocopa.
Fuente: Marca