Ojinaga, Chih.- Álvaro Vásquez, de 43 años, es originario del municipio de Ojinaga. Durante 16 años estuvo sumido en la adicción al alcohol, a la cocaína y demás drogas. “Por gracia de Dios”, como lo dice él mismo, se encuentra en este momento de pie.
Pasó por un divorcio, estuvo a punto de perder su trabajo, hasta que decidió entrar a un centro de rehabilitación en la capital del estado. Fue un proceso de más de cuatro meses de tratamiento, después del cual tuvo la oportunidad de regresar a su trabajo, reconstruir su matrimonio y de ahí le surgió “la espinita” de empezar algún proyecto, ahí en Ojinaga, para ayudar a personas que tienen el problema de las adicciones.
Así fue como comenzó la búsqueda y el trabajo en gestionar recursos para abrir un centro de rehabilitación el cual hoy lleva por nombre El Restaurador, A.C.
Primero empezó a operar en una casa pequeña prestada, como se comienza con muchos otros centros, pero poco a poco el proyecto se fue fortaleciendo, “tocando puertas, manteniéndose de pie y llevar al pie de la letra el programa contra adicciones”, relata Álvaro Vázquez.
“El municipio nos otorgó media hectárea de terreno la cual era de lomerío, por lo que nos tocó también conseguir el apoyo para emparejar el terreno y poder empezar a construir, en ese entonces nos apoyó el Gobierno del Estado con máquinas de la Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas, con eso construimos la primera etapa del centro y empezamos a trabajar”, dice.
Hasta el momento han atendido a muchas personas y familias que están padeciendo los estragos de la droga y el alcohol. “Así como un día mi familia estaba sufriendo las consecuencias; no es grato ver a nuestros hijos cuando ya ha pasado el tiempo y darnos cuenta de que nos perdimos gran parte de su niñez por andar en nuestros afanes de drogas y alcohol; yo las veía llorar y decirme “no se vaya papá” y pues, a mí me estorbaban y las hacía a un lado, al igual que a mi esposa”, recuerda Álvaro.
Hoy en día, el centro El Restaurador cuenta con media hectárea más, terreno que adquirieron el año pasado y donde pretenden seguir construyendo y ampliando las instalaciones. “Acabamos de construir una sala de usos múltiples con capacidad para 300 personas, en la cual ya empezamos a tener las primeras actividades, hemos tocado puertas en Gobierno del Estado que nos han apoyado ya en dos ocasiones para poder estar construyendo las diferentes etapas, esta sería ya la tercera etapa, ya que nos prestaron la maquinaria”, señala Vázquez.
Estos apoyos, dice, estimulan para poder entrar a otros proyectos como son las placas solares y mobiliario. “Aquí en Ojinaga hemos visto que es un punto clave para atender esas adicciones, porque las personas que anda en estos problemas no tienen recurso ni ellos ni sus familias para poder trasladar a sus pacientes a un centro a la capital del estado”, indica.
Asimismo, abunda que el centro maneja un costo de recuperación muy modesto, y cuando se trata de personas sin recursos, se les trata de apoyar sin costo alguno: “Gracias a los donativos y a los que pueden pagar podemos solventar los gastos corrientes, los gastos que se llevan para poder mantener el programa y los gastos del servicio, del cual la norma nos pide, que se trata de una alimentación adecuada, un médico, un psicólogo y, bueno, hay mucha gente detrás de esto, a quienes quiero agradecer por su sensibilidad y por aportar ya sea en lo económico o en especie”.
Actualmente, comparte Álvaro Vázquez, están muy atentos a los niños, a los jóvenes padres que padecen drogadicción, que por desgracia “unos no la logran”, pero muchos otros sí se recuperan y empiezan una nueva vida.
Refiriéndose a las historias con éxito, Vázquez dice que es ahí donde se dan cuenta que vale la pena el esfuerzo que se hace porque una familia sea recuperada. Además, si a un adicto lo logran sacar de la calle, se evitarán actos delictivos como robos o asaltos, señala.
“Yo le doy las gracias a las diferentes áreas que nos apoyan de Gobierno del Estado para que esto siga caminando y los invito a que sigan adelante apoyando estas causas, hoy sé que si se puede, gracias a Dios podemos dar testimonio y seguir rescatando personas”, concluye Álvaro Vázquez, quien destaca la importancia de que la sociedad se sensibilice en este tema.
