Chihuahua, Chih.- El arzobispo Constancio Miranda Weckmann celebró el inicio de la cuaresma con la misa en la catedral, donde realizó la imposición de ceniza a los fieles que acudieron a la celebración de la eucaristía; el líder espiritual enfatizó en su mensaje el cambio necesario en esta cuaresma, de mentalidad y de actuar.
El arzobispo Constancio Miranda, manifestó a los fieles reunidos en la catedral que la cuaresma es un tiempo especial de gracia para abrir el corazón y es una oportunidad para volver a ser cristianos auténticos a traves de un proceso constante de vida interior; declaró que la conversión es un proceso lento y un camino interior de toda la vida que pide un cambio de mentalidad, de formas de juzgar, valorar, elegir, decidir y actuar, "la conversión y reconciliación son dos realizdades inseparables".
Agregó que la reconcialiación se hace necesaria porque ha habido una ruptura, la del pecado de la cual se han deribado las otras formas de rupturas en lo más intimo de su entorno; dijo que la reonciliación peronal es el camino para la paz y concordia entre las personas.
Comentó que este años es el año de la misericordia por lo que la cuaresma tiene un significado especial, invitando a dar un lugar especial al sacramento de la reconciliación e informó que todas las parroquias tendrán la celebración del sacramento de la confesión para un mejor acceso al mismo.
Mencionó que la presencia del Papa Francisco será sin duda un aliento en esta cuaresma, dejando atrás al hombnre viejo y revistiendose del hombre nuevo, "en esta cuaresma hago a todos una llamada vehemente en no echar la gracia en saco roto, hay que aprovechar este tiempo para empezar una nueva vida".
