Por: Rosalío Morales Vargas
Por: Rosalío Morales Vargas
Cual luciérnaga en medio de lo oscuro,
eclosiona y florece un pensamiento
de mujeres en lucha y resistencia.
Tribulación añeja, hondas raíces,
en lid intermitente con lo adverso.
Poner un alto a las violencias el reclamo,
la ardiente búsqueda de equidad y de justicia
entre hedores infectos y miasmas putrefactas
de cenagales de ruindad y oprobio.
A consorcios de ultraje enfrentan decididas,
también a las inicuas penumbras de abyección,
que al acecho rampante del acoso
conforman cofradías de sevicia.
Insubordinación al canon dominante,
la marcha tumultuaria
de hombres redimidos de ergástulas machistas,
acompañando a las mujeres libertarias,
en el rastreo de un mundo allende el horizonte.
Un trecho largo, adusto caminar,
el sendero vitriólico, opresivo;
mas se escudriña en lontananza,
lumínica alborada incierta y titubeante,
donde los densos nubarrones se disipen,
y entre estertores deje de latir
la sórdida y funesta noche que agoniza.
