Científicos mexicanos buscan vacuna contra el zika

Ciudad de México.-  Es como un avión repleto de misiles y bombas de humo: a veces letales y en ocasiones no tanto. Es un mosco recargado, picotón y chupa sangre. Sí “el mosquito tigre”, “zancudo patas blancas” o Aedes aegypti es transmisor de por lo menos siete padecimientos en seres humanos y en animales.

Es el vector de la llamada “fiebre americana” o fiebre amarilla contra la cual hay vacuna; de la “fiebre quebrantahuesos” o dengue (existe ya una inmunización elaborada por México); de “la ira falsa”, “plaga de ciego” o encefalitis equina (hay vacuna); de la “gripe de los pollos” o malaria aviar (hay inmunización); de la “Diftero-viruela” o viruela aviar (también existe prevención); del “doblado de dolor” o chikungunya (se trabaja en una vacuna en el Centro de Investigaciones Regionales Hideyo Noguchi, de la Universidad de Yucatán); y del… zika (aun no hay inmunización ni tiene apodo).

¿Qué hace a este insecto tan polémico y preocupante, sea o no mortífero? Tal vez (sin alarmismo, pero sí con cierta angustia), porque desafortunadamente pueden presentarse casos de co-infección por virus zika y dengue o chikungunya en un mismo paciente.

Pero además, porque no existe un fármaco antiviral específico para tratar la infección por el virus zika. El tratamiento de la enfermedad, de acuerdo a la Secretaría de Salud, es sintomático: Antiinflamatorios no esteroideos y analgésicos no salicílicos (Paracetamol), reposo, ingesta de abundantes líquidos, administración de antihistamínicos para controlar el prurito asociado con el exantema.

Efectivamente, no hay vacuna para prevenir la enfermedad, aunque se presume que los científicos mexicanos ya empezaron a trabajar en la materia. Hasta ahora no se han documentado casos de reinfección por zika, por lo cual se considera que la respuesta inmune al virus ofrece protección para toda la vida.

Se conoce dónde voló el primer mosco recargado: en los bosques de Zika, en Uganda en 1947. Fue aislado en un mono rhesus. Su linaje, dicen, es africano y asiático. Esto fue en el siglo XX, mientras que en la actual pandemia se observa la proclividad del mosquito por el trópico: la primera circulación del mismo se observó en Rapa Nui entre los moáis (esculturas de piedra) de la Polinesia, cerca de los tres volcanes Terevaka, Poike y Ranu Kau, donde moran gorriones, gaviotas, gaviotines y anémonas. Fue uno de los 5,034 habitantes de la Isla de Pascua (perteneciente a Chile) o un turista a quien le picó una hembra del Aedes aegypti (en 2014) y se convirtió en la primera persona en la cual se detectó la enfermedad actual. Fue casi el paciente uno, porque el cero, con la primera infección en un ser humano fue en Nigeria en 1954.

El 3 de marzo de 2014, Chile notificó a la Organización Panamericana de la Salud-Organización Mundial de la Salud la confirmación de un caso de transmisión autóctona de fiebre por virus del zika en la isla de Pascua. La presencia del virus se detectó hasta junio de ese año en esa área, señala la primera.

Un año dos meses después (mayo de 2015), las autoridades de salud pública de Brasil confirmaron la transmisión de virus del zika en el nordeste del país. Desde octubre de 2015 hasta la fecha, otros países y territorios de las Américas han reportando la presencia del virus, agrega la OPS.

Y es que como expone la Revista Cubana de Medicina Tropical, con respecto al mosquito “… hoy el transporte pasivo de la especie, que el hombre efectúa por vía aérea, marítima y terrestre, de huevos, larvas y adultos de este culícido, ha dispersado este mosquito con consecuentes epidemias de dengue en la mayoría de los países reinfectados”.

Este pasajero del mundo, aseguran, tiene la cabeza cargada de estiletes, agujas que producen las picaduras, además de que por medio de los mismos succiona la sangre.

Son tercos, insistentes cuando atacan, traicioneros porque la espalda es donde mayormente encajan su punzón, sobre todo por la mañana o al atardecer, aunque además son descarados ya que pudieran agredir por la noche con todo y luz eléctrica, señala el Instituto Nacional de Biodiversidad de Costa Rica.

Menos mal

Los científicos de Uruguay, como el doctor Roberto Salvutella Agrelo señalan:

“Los huevos, menores al milímetro de largo, son inicialmente de color blanco, para tornarse negros con el desarrollo del embrión, que evoluciona en óptimas condiciones de temperatura y humedad en un lapso de dos a tres días. Con posterioridad a ese período, los huevos son capaces de resistir desecación y temperaturas extremas con sobrevidas de siete meses a un año. La mayor parte de cada postura es de eclosión rápida, mientras un porcentaje reducido constituye los llamados huevos resistentes, inactivos o residuales, capaces de largas sobrevida”.

En Brasil, desde 2012, los investigadores analizan la morfología de las alas del Aedes aegypti. Hay una generalidad para las más de tres mil especies de mosquitos que existen en el mundo: La venación de las alas: seis venas longitudinales, de las cuales la segunda, cuarta y quinta son bifurcadas; los tarsos tienen cinco segmentos.

Pero entrados en particularidades, nada de la piedad que aconseja el refrán: “Zumbido de mosquito, música de violín chiquito”. Más bien como dijo Elspeth Huxley: “Ningún sonido concentra tanta perversidad y malicia en un volumen muy pequeño, como el zumbido del mosquito”. O mejor lo dicho por Woody Allen: “Los mosquitos mueren entre aplausos”.

Actualmente, la distribución del perverso alado recargado de zika o de alguna otra enfermedad, abarca tres de los cinco Continentes; África (Nigeria, Sierra Leona, Costa de Marfil, Camerún, Senegal, República Centroafricana y Uganda); Asia, incluidos la India, Malasia, Filipinas, Tailandia y Vietnam; Américas, en Brasil, Chile, Colombia, El Salvador, Guatemala, México, Paraguay, Surinam, Panamá, Argentina, Costa Rica, Bolivia, Haití, Martinica, Barbados, Guyana, Paraguay, República Dominicana, Puerto Rico, Guatemala, Nicaragua, Guadalupe, Guyana Francesa y Venezuela.

Te pareces tanto a mí…

No tardarán las canciones contra el zika. Actualmente prevalece el reggaeton de la chikungunya: “El mosquitero romperé, tu cuerpo recorreré / Y dengue con chikungunya yo te contagiaré” o la de la campaña en México: “chikungunya es malo y si te encuentra espántalo / chikungunya, has que huya”.

En cuanto al zika, ¿cuáles son sus síntomas? Los más comunes, afirman en la OMS, son fiebre leve y exantema (erupción en la piel o sarpullido). Suele acompañarse de conjuntivitis, dolor muscular o en las articulaciones, con un malestar general que comienza entre dos y siete días después de la picadura de un mosquito infectado.

Una de cada cuatro personas infectadas desarrolla los síntomas de la enfermedad y en quienes sucede, es usualmente leve y puede durar de entre dos y siete días. Los indicios son similares a los del dengue o del chikungunya. Las complicaciones (neurológicas, autoinmunes) son poco frecuentes, pero se han descrito en los brotes de la Polinesia y más recientemente en Brasil. Explica que la diseminación del virus en el continente de las Américas permitirá caracterizar mejor esta enfermedad, al tener más experiencia sobre sus síntomas y complicaciones.

Acerca de si se puede transmitir por sangre o contacto sexual, todavía prevalece la incógnita, aunque Estados Unidos, en cuanto al segundo asunto afirma que ya tiene algunos casos comprobados.
Sin embargo… en general, el virus necesita un vector (un medio de transporte), que es el mosquito, para infectar a las personas. Se ha aislado el virus también en el semen y se ha observado un caso posible de transmisión de persona a persona por vía sexual.

“El zika podría transmitirse por vía sanguínea, pero es un mecanismo de transmisión infrecuente. En ese sentido, se deben seguir las recomendaciones habituales para para realizar transfusiones seguras (con donantes voluntarios sanos, por ejemplo)”.

Respecto de si la transmisión puede ser de madre a hijo, el comentario es que la información acerca de que sea transmitida durante el embarazo o al momento del parto, es muy limitada. “La transmisión perinatal ha sido reportada con otros virus transmitidos por vectores, como el dengue y el chikungunya. En estos momentos se están realizando estudios sobre la posible transmisión de la madre al bebé del virus y sus posibles efectos sobre el bebé”.

¿Es mortal o no? La respuesta sobre tal pregunta es que se trata de un virus nuevo para las Américas, que hasta el momento había tenido una distribución geográfica y demográfica muy limitada, sin evidencia de letalidad. “Sin embargo, se han notificado casos esporádicos de pacientes con enfermedades o condiciones preexistentes, en los que las manifestaciones y complicaciones podrían ser más graves, ocasionando el fallecimiento”, agrega.

En cuanto a las personas en riesgo para contraer zika, explican que son todas aquellas que no han tenido exposición previa al virus, habitan en zonas donde el mosquito está presente y se han registrado casos importados o locales, son susceptibles a ser infectadas.

Fuente: Sol de México 

 

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